Probablemente este sea uno de los primeros post que publicamos en vippet sobre conejos. Yo diría que el primero. Pues bien, como dentro de la manada también tienen sitio estos encantadores animalitos, hoy os vamos a hablar de una de las razas de conejos seguramente más bonitas, los Belgian Hare.
Como os habréis podido imaginar, su origen se sitúa en los Países Bajos, allá por el siglo XVIII. Como otras muchas razas, los Belgian Hare son el resultado de múltiples cruces. Éstos fueron realizados, concretamente, por unos estudiantes de biología. Podría decirse que, de algún modo, es una “raza de laboratorio”. La idea de estos jóvenes no era otra que conseguir un animal doméstico a partir de animales salvajes. Como resultado de combinar las mejores cualidades de cada uno de ellos se obtuvo al protagonista de este post.
Sin embargo, a pesar de las cualidades y la belleza de los Belgian Hare, no se hicieron populares hasta unos cuanto años más tarde. En el siglo XIX es cuando empiezan a ser más conocidos, primero en Inglaterra y luego en Estados Unidos. En esa época se les conocía por el nombre de conejo “leporino”.
En cuanto a su morfología, tienen una buena longitud, sus cuartos traseros se encuentran bastante elevados y cuentan con un pecho alto y musculado. Otro de los rasgos más característicos es su color, de un cereza intenso. Algunos lo denominan “rufus”.
Si os gustan los conejos y os estáis planteando haceros con uno, esta es una de las razas por la que podríais decantaros. Eso sí, como siempre decimos en vippet.es, una mascota no es un juguete y hay que ser muy consciente de las responsabilidades que implica hacerse con un animal. No es un capricho y no se le puede abandonar cuando nos cansemos de él. Ante todo es un ser vivo que requiere de nuestro cuidado y nuestro cariño. Y si tenéis la opción de adoptarlo, muchísimo mejor. Ante todo, ¡hay que ser responsable y respetuoso con todos los animales!