Somos muchos los que comemos de tupper entre semana. No nos vamos a engañar: la economía no está para muchos privilegios aunque comer siempre en restaurantes, tampoco es lo más sano. Así que… ¿quién va a cuidar mejor de ti que tú mismo?
Prepararnos la comida para llevárnosla al trabajo puede ser fácil, sencillo y sano si realmente queremos. Y es que para estar guapas por fuera hay que estarlo primero por dentro. Así que los que trabajamos lejos de casa no tenemos excusas. Lo primero que tenemos que hacer es elaborarnos menús amplios y variados para no aburrirnos, uno de los principales riesgos de comer en la oficina.
En el fin de semana podemos dedicarle un rato a la cocina (tampoco nos hace falta demasiado tiempo) e ir improvisando a lo largo de la semana. Por ejemplo, podemos cocer unas legumbres para hacer una ensalada que puedes aderezar como tú quieras (tomate, atún, ensalada, queso fresco…)
Las ensaladas tradicionales son también una buena opción como primer plato que siempre puedes completar con un segundo. Eso sí, tendremos que aliñarlas en el trabajo. Podremos añadirles huevo duro, zanahoria y pollo.
La carne, sin embargo, es algo más delicada para llevarla en el tupper. Pero hay remedios. Tan sólo tenemos que buscar una fórmula. Por ejemplo, las hamburguesas. Eso sí, sin patatas fritas, pan y demás florituras. Ya sean de pollo o de carne picada, las acompañaremos con patata cocida, zanahoria y huevo. Otro de los acompañamientos que nunca fallan para un filete a la plancha es un pisto de verduras. Y la carne asada, acompañada de una buena guarnición, hará que veamos nuestra tartera con otros ojos.
Las berenjenas rellenas son otros de los deliciosos platos que pueden formar parte de nuestro menú. Al igual que las tortillas (de jamón york, de espárragos, espinacas…)
La pasta y el arroz son otros de los platos que más juego dan. Los podemos comer de mil maneras, ya sean integrales o no. ¿Qué os parecen unos macarrones con queso, pollo y champiñones? ¡Una auténtica delicia!
Las cremas, los purés y las sopas son perfectos para llevar al trabajo. Y el pescado también: filetes de merluza, bacalao con tomate, merluza en salsa…
¿De postre? Los yogures son ideales, sanos y nunca nos aburren. Lo hay de mil maneras: de sabores, con trozos, sin trozos, naturales… También la fruta (en zumos o en macedonia) o las barritas de cereales.
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