
Belle de jour (Luis Buñuel, 1966. Francia): la prostitución (voluntaria) en una adaptación de pronunciados naturalismo y surrealismo, convertida en uno de los trabajos más divulgados y hasta ambiguos del cineasta aragonés. Un guion con un marcado componente morboso y transgresor. Un ama de casa de clase alta parisina (la hermosa Catherine Deneuve en uno de sus papeles más icónicos) comienza a trabajar como escort para saciar su (in)satisfacción sexual y sus impulsos masoquistas. Buñuel se acercó bastante a ciertas obsesiones de la Nouvelle Vague en uno de sus últimas obras. Un complejo, y a la vez sofisticado, desglose del deseo olvidado y la fantasía sexual, puesto en escena con mucha elegancia y sin recurrir a lo sórdido o a lo vulgar, que incluso Scorsese mitificó, hará unos 20 años, promoviendo su reestreno y alabándolo como una de los clásicos del cine europeo de todos los tiempos.






