Belleza, culto y obsesión

Querer verse bien, sentirse guapo, atractivo, deseable, es algo muy humano, muy natural, una actitud que nuestro mismo instinto animal nos empuja a ello.
Como animales sociales que somos, tenemos la necesidad de gustar y de atraer a los que nos gustan a nosotros, tendemos a buscar aquello que, estéticamente, nos resulta más agradable.
La belleza se ha cultivado desde la antigüedad con gran ahínco, como algo que representaba poder, estatus social o, simplemente, modas que influenciaban una época.
Por mucho que nos pese, por mucho que defendamos lo contrario, la belleza y la estética es uno de los aspectos más importantes en nuestra vida. Ser guapo o guapa te abre puertas, hace que la gente se acerque más... es como si tener unas medidas concretas o una estructura ósea o facial afortunada, pudiese cambiar la perspectiva que la gente tiene de ti.
La actitud que realmente deberíamos adoptar es aquella que, una vez la belleza de alguien nos atrajese o no, evitar ser tan superficiales y vacíos que interesarse por ellos, investigar e intentar conocer a la persona nos parezca algo que no merezca la pena.
Pero creo que, el concepto de la belleza es algo mucho más profundo de lo que tenemos presente.
Lo bello empieza por adoptar una actitud fuerte y aprender lo más importante de la vida, asumir quienes y como somos y aprender a querernos. Apostar por el amor propio.
Una vez que esa meta esté conseguida, es cuando se estará preparado para el resto.
Belleza es mucho más que maquillaje y tacones; la belleza empieza por el cultivo de uno mismo, por cuidar el cuerpo y la mente que son las cosas que son más nuestras e irreemplazables.Una alimentación sana, un poco de deporte...


Yo reconozco que soy una coqueta, que me gusta cuidarme, que no concibo salir de casa sin lavarme la cara ni echarme la hidratante ( el maquillaje me gusta, mucho, pero no necesito salir necesariamente con los ojos pintados, ni ponerme una capa de maquillaje tan gruesa que no se vea mi piel. Viva la naturalidad!) pero no entro en esa espiral obsesiva de estar en un estado de perfección artificial casi 24 horas al día.
¿Dónde está el límite de la belleza y la obsesión?
La gente se gasta cantidades enormes en cremas, maquillajes, peluquerías, depilaciones, perfumes, ropa, cirugías... y muchas veces olvidan ese primer principio de la belleza, ese amor propio, ese respeto por uno mismo. Un bisturí no hará que tu autoestima se refuerce, ni una brocha con pigmentos hará que los demás te quieran más.

El culto al cuerpo debe ser un complemento que ayude a sacar físicamente, ese resplandor, esa luz que uno mismo emite.
¿Es malo cuidarse? ¿ Por qué se tiende a relacionar, en especial a las mujeres, a alguien que se cuida, con alguien sin inteligencia o poco profesional? ¿ Quién dice que los hombres no tienen el mismo derecho a cuidarse?
La belleza siempre genera controversia, porque las opiniones van, normalmente, de un extremo a otro, con poco término medio.
Y vosotros, ¿ os gusta cuidaros? ¿ qué opinión os genera el mundo de la estética?