A lo largo de los siglos, las madres han cantado a sus hijos para calmarlos. Sin duda, una forma antigua y bien conocida de musicoterapia.
La música ayuda a los bebés a mejorar su desarrollo emocional, mental, físico y social. El efecto curativo de las nanas y de la música clásica ha sido estudiado científicamente en unidades de cuidados intensivos de niños prematuros y se ha observado que desarrollan mejor sus habilidades cognitivas, afectivas, comunicativas y motoras.
Pero los beneficios de la música no solo favorecen a los bebés con necesidades especiales, sino también a los bebés sanos y con un desarrollo normal. Los bebés deberían escuchar melodías con un tempo lento, como valses, adagios, andantes o sonatas. Y la investigación científica muestra que, en general, esta música les ayuda a ganar peso, a eliminar estrés y a manejar mejor el dolor. Y como todas las madres saben cuando cantan nanas, los elementos fundamentales de la música -ritmo, armonía, melodía y dinámica- tranquilizan a sus bebés y los ayudan a caer dormidos.
Si profundizamos, los estudios demuestran que una melodía con palabras proporciona un beneficio mayor a los bebés que una sin ellas, y que cantar en vivo es mejor que recurrir a grabaciones.
¿Más detalles sobre la musicoterapia? Se ha calculado que el feto humano oye el latido del corazón de su madre 26 millones de veces antes de devenir un bebé completamente formado. Esto es ritmo y es la razón por la que los bebés recuerdan a sus madres cuando escuchan música, sintiéndose protegidos y confortables, como en el vientre materno.
O si un bebé ha sufrido falta de oxígeno durante su desarrollo prenatal, disminuirá su actividad de reproducción celular. Los análisis citoquímicos demuestran que después de escuchar música clásica la reproducción celular aumenta, y que el ritmo de la respiración y los latidos del corazón se ajustan automáticamente al entorno, haciendo que los bebés se sientan mejor.
También se ha demostrado que si un bebé escucha la misma melodía en el vientre materno, es muy probable que la recuerde más tarde. En varios estudios sobre el tema, se expuso a varios fetos a la misma música desde el último mes. Unas semanas más tarde, una vez nacidos, los bebés que habían sido expuestos a la música se relajaban al volver a oirla, mientras que los otros que no se expusieron mantenían un ritmo cardíaco alterado. De hecho, desde las primeras semanas del embarazo, el bebé ya percibe vibraciones sonoras.
La mochila portabebé X-Music de Bebemon ha sido probada en niños prematuros en la Unidad de Cuidados Intensivos del HUNSC, Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, en Tenerife. Allí, como parte de las sesiones de musicoterapia, suena música de Mozart a un volumen inferior a 65 decibelios, dando paz y tranquilidad a los recién nacidos dentro de sus incubadoras. Esta terapia aconseja una continuación cuando el bebé ya no necesita la incubadora. Se ha utilizado para ello el portabebé X-Music. La experiencia ha sido muy satisfactoria y se mantiene la cooperación con el HUNSC.
En resumen, escuchar cierta música supone incontables beneficios para los bebés y esto nos aconseja seguir las tradiciones ancestrales de cantarles nanas, acompañar su día a día con ritmos pausados y, si queremos añadir una nota de innovación al proceso, disfrutar de estos beneficios con el portabebé X-Music de Bebemon. Para gozar de vuestra música con el bebé en el mejor ambiente, no importa donde vayais.
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Créditos fotográficos: “Melody of the Forest 1″, de Fangol / “Altavoces del portabebé X-Music de Bebemon”, de Bebemon 2008 SL