Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones en la mayoría de los casos, no supone ningún tipo de riesgo practicar sexo durante el embarazo. Por el contrario son numerosos beneficios tanto físicos como psicológicos que puede aportar tanto a los futuros papás como al bebé.
En cuanto a los beneficios psicológicos podemos aludir a la expresión del amor, el cuidado mutuo y la consolidación de lazos. En muchas ocasiones la llegada de un bebé despierta en los hombres nuevos sentimientos y buscan nuevas formas de expresar lo que sienten.
Además tras el coito existe una gratificación para la madre que también se traslada al bebé. El ligero balanceo que se produce durante la práctica del sexo resulta muy agradable para el feto. Lo que también supone que haya una mayor afluencia de riego sanguíneo y hace que el bebé esté mejor oxigenado.
En cuanto a los beneficios físicos nos podemos referir al momento del parto. Numerosos especialistas aseguran que la práctica de sexo en la fase final de la gestación hace que se ejerciten los músculos de la vagina y del útero y esto permite tener un alumbramiento más fácil y espontáneo.
Otro de los beneficios está relacionado con el alivio de los dolores durante el parto. Aunque no está demostrado científicamente, se aconseja mantener relaciones ya que éstas disminuyen los dolores provocados por las contracciones que preceden al parto.
Por último ante un parto que no llega, se aconseja, entre otras cosas, mantener relaciones sexuales para intentar que aparezcan las ansiadas contracciones.
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