Me sorprendió ver una mañana a comienzos del invierno del año pasado un benteveo posado en un árbol que está enfrente de mi casa con algo en el pico, en ese momento justo llegaba de hacer una recorrida de observación y fotografía por el campo, así que apunté rápidamente con la cámara que por fortuna tenía en mis manos y le hice una rápida secuencia de fotos antes que se devorara el caracol que por lo visto era un ejemplar muy joven comparando su tamaño con el pico, suelen crecer mucho más. Estaba golpeándolo contra una superficie dura, esta vez contra las ramas del árbol, esta y otras especies tienen esa costumbre antes de engullir una presa, para matarla y ablandarla antes de tragarlas enteras. Este comportamiento fue el que desvió mi atención hacia el ave que de no haberlo hecho hubiera pasado desapercibida para mi.





