A lo largo de la historia, el ser humano ha construido no sólo grandes monumentos, ciudades, civilizaciones y obras artísticas, también ha desarrollado filosofías, pensamientos, lenguajes, idiomas y culturas, sin embargo, a pesar de las diferencias, se han instituido valores, virtudes y sobre todo Palabras que han sobrepasado no sólo el tiempo, sino la diversidad de posturas intelectuales, sociales, culturales y religiosas.
Palabras y conceptos como D/os, Verdad, Belleza, Justicia, Responsabilidad, Honestidad, Templanza, Paz, Sabiduría, Conocimiento, Escuchar y el propio significado de Palabra, son concepciones abstractas manipuladas a través de la moral, la ética, la filosofía y la ciencia, por mencionar algunas. Es decir, su significado depende de la postura de su lectura, otorgando un sentido a conveniencia y convirtiéndolos en objetivos o subjetivos, pacificadores o principios de guerra, otorgantes de libertad, pero constructores de dogmas.
Estás palabras han sobrepasado el tiempo, sin embargo, han sido y son víctimas de la interpretación humana que les otorga una amplitud de vida frente a otros vocablos los cuales han sido eliminados por completo del vocabulario al ya no ser necesarias para la realidad actual.
No obstante, dentro de esta marabunta de léxicos y significados, existen dos palabras que, a pesar de los siglos, de las culturas y de la diversidad de interpretaciones no han trasformado su esencia, al contrario, en sí mismas se han enriquecido con el misterio de su constante pronunciación entretejida con la escasez de comprensión de su significado.
Estás voces son y . Ambos vocablos se mencionan cada día con la finalidad de obtener gracia y cuidado de D/os, pero ¿qué es una bendición?, ¿por qué es tan importante para el ser humano? ¿Por qué desde tiempos antiguos se busca recibir este regalo de D/os, de los dioses o de la naturaleza?, ¿por qué las personas se las dicen unas a otras? ¿Por qué a pesar de la falta de fe en las religiones, de las dudas sobre la existencia de D/os, del individualismo que conquista las sociedades tanto la bendición como el Silencio son una necesidad primordial en el ser humano?
Hace algunos años, en un encuentro con el Dalai Lama, se le acercó una señora, sacó de su bolso algunos objetos y le pidió bendecirlos, el Dalai Lama, la contempló, guardó Silencio y entre esa risa misteriosa que tienen los budistas como parte de la sanación espiritual, le dijo, -¿ de qué les servirá mi bendición a tus objetos? Las bendiciones se enriquecen de la cercanía, tienen un sentido de historia de vida; la bendición de una madre a su hijo tiene un sentido, que tú los bendigas les otorga un sentido y los llena de D/os porque es tu voz, tu pensamiento quien les otorga un significado. Yo puedo bendecirlos, sin embargo, para mí no significan nada, así que, eres tú quien debe arroparlos con tus bendiciones.
Estas palabras tan honestas dichas por uno de los grandes líderes de la espiritualidad se quedaron grabadas en mi pensamiento, en mi fe y me llevaron a tratar de comprender la profundidad del significado de bendición y a entender el por qué toma más fuerza cuando se pronuncia en Silencio, cuando la ofreces desde tu interior dejando sea el universo quien lleve ese sonido a la persona, objeto o situación a la que va dirigida.
Para vislumbrar el significado de bendición, haré un recorrido por algunas palabras que se convierten en senderos.
El ser humano lleva en sí mismo siete lenguajes (corporal, emocional-sentimental, sensorial, instintivo, racional, sexual y espiritual), estos lenguajes forman su día a día y se representan primordialmente a partir de los siete días de la semana, además se les han otorgado otros nombres enriqueciendo su profundidad y conocimiento, así Santa Teresa de Ávila los nombra las Siete Moradas, el hinduismo Chakram, - círculo o disco-, el islam, Siete Cielos. Antiguamente se consideraba que el mundo estaba dividido en siete partes relacionadas con los siete espíritus de D/os (designados por algunos estudiosos judíos en cada uno de los brazos de la Menorá) siendo estos: espíritu de inteligencia, espíritu de poder, espíritu de temor a D/os, espíritu de conocimiento, espíritu de consejo, espíritu de sabiduría y espíritu de D/os; los siete años que determinan la libertad del esclavo y la sanación de la tierra, teniendo su contraparte en los llamados siete pecados capitales.
Aunado a ello, al ser humano se le adjudican tres alientos: Nefesh- aliento de vida, Ruaj - aliento del alma- Neshama - Aliento del espíritu, relacionado con la triada que le otorga fortaleza a la Palabra con la cual D/os Padre crea la Vida, el don de la Escucha a través del cual el ser humano comprenderá su misión y el Silencio o gracia del Espíritu, donde habita D/os.
Entretejido a ello, están los cinco elementos: agua, tierra, fuego, aire, éter, elementos con los cuales se creó el mundo y el ser humano, conexos a las cinco estaciones: primavera, verano, estío[1], otoño, invierno; los cinco puntos cardinales: norte, sur, este, oeste y el espacio, los cuales brindan un sentido a los cinco momentos de la oración de las grandes religiones.
En paralelo, el ser humano se experimenta desde el Tiempo y la Eternidad, lo femenino- masculino, lo falso-verdadero, el principio-fin, la vida-existencia, el zoé-muerte, unificando la Nada hacia el Todo, lo cual da significado a la llamada Haila -en arameo-, hail -en hebreo- haul en árabe- es decir, la Fuerza Interior perteneciente tanto a lo humano como a lo divino. La otorga la Imagen y la Semejanza, es decir, entrega a la Creación el acto y la potencia, es decir, D/os. Por esta razón, menciona Abdelmuhin Aya, que en el islam se dice la haula wa la quwwata illa bi-llah (No hay fuerza ni potencia salvo con Allah).
Esta Fuerza interior o Haila son los talentos, los dones, las capacidades desarrolladas a través de lo mencionado líneas arriba, expresándose y teniendo sentido en nuestro corazón --, en nuestra mente --, en nuestra persona-- y en nuestra capacidad o , los cuales acrecientan el sentido de o Emanación, - Creación, -- Formación y -Acción-, conceptos que no sólo otorgan un sentido a la Creación del Universo sino a la del ser humano. Cada uno de estos elementos y conceptos coexisten en nosotros, en el Cosmos y se develan cada instante para adquirir, contemplar y trabajar el conocimiento, siendo esto lo que construye, borra, expande y contrae la energía en la materia creando en el espacio el tiempo.
Este conocimiento interior y exterior, provoca que el ser humano al desarrollar y experimentar sus capacidades edifique milagros a través de la fortaleza de su fe basada en la sabiduría, (remarcando la importancia de reconocer la diferencia del conocimiento humano y la sabiduría espiritual frente al discernimiento de la razón/erudición). Este conocimiento de la conduce a la comprensión de la Imagen y la Semejanza siendo lo que otorga sanación al ser humano, o Sanación-cura, es lo que pedía Jesús, más no Salvación.[2]
Esta gracia en sí misma emergida del conocimiento propio, está relacionado no solo con una cuestión de conocimiento de la personalidad o de saber lo que se quiere como lo menciona la psicología, el conocimiento propio se fundamenta y enriquece con el trabajado diario minuto a segundo al escuchar, sentir, agradecer, procurar y desarrollar en sí mismo todos los procesos anteriores llevados y edificados por medio de la Yihad o Guerra Santa, es decir, esta lucha interior que vacía para llenarse del Todo y sanar mas no salvar.
Esta sanación que tiene su fortaleza en la fuerza interior se relaciona con la capacidad de sanar lo enfermo y hacer fructífero a lo que nace o renace, es a partir de esto, que Jesús sana a los enfermos, expulsa demonios y resucita como lo mencionan los evangelios ante la expulsión de la Legión, la sanación de la suegra de Pedro, la resurrección de Lázaro, aquí toma sentido la raíz de Amor -HBA- relacionada con lo que fertiliza, porque lo sano se edifica con raíces fuertes, además de embellecer y alimentar su alrededor.
Esta fuerza interior o Haila al ser comprendida y asimilada se convierte en BRK, es decir, en arameo, en hebreo y en árabe, siendo su significado "Bendición".
Es decir, que bendecir es sanar, pero no solo de palabra porque la bendición abre caminos y enriquece en sus siete lenguajes a quien la otorga, porque la persona al otorgar una bendición se conocerse a sí misma al separarse y vaciarse. Es así como esta ofrenda sana y cura a quien ofrece bendiciones y sobre todo a quien la recibe. La bendición con lleva el conocimiento de los lenguajes, de las estaciones, de las moradas, de los puntos cardinales, pero sobre todo la Baraka o bendición tiene su tónica en el cuerpo, en las acciones que comienzan con el primer lenguaje y las cuales se van conectando con todo lo demás a través del que es no sólo la voz de D/os sino su hábitat.
D/os crea con la Palabra, la humanidad construye a través de la Escucha, pero es a partir del Silencio de D/os que el ser humano se pregunta y abre el sentido del nacimiento del libre albedrío.
Todo esto es la Baraka o bendición, por lo tanto, no existe bendición sin un trabajo que lleve a la construcción de un camino recto el cual cure y sane desde la cercanía. A partir de aquí se puede comprender la respuesta del Dalai Lama sobre el sentido de bendecir.
Los estudios de Aya nos recuerdan las palabras de Joseph Chelhod quien dice, la Baraka es el misterio de Allah, además de resaltar que por esta razón para los pueblos musulmanes y para cada una de las religiones y pueblos el agua es no sólo la analogía de la Baraka porque absorbe, penetra, ofrece vida, alimenta cura, sino que crea y resucita, es decir, sana.
Por ello, explican los grandes sabios, el cuerpo se forma de 70 por ciento agua, por eso, explica Amr Elwrdany -uno de los grandes sabios del islam- que el agua es el elemento a través del cual D/os se refugia para quitar la sed del ser humano, abarcado esto muchos sentidos. Por ello, al contener agua todo en la naturaleza, en la Creación, en las personas, en el universo todo tiene Baraka, siendo esta lo que nos une, otorga vida, Imagen y Semejanza.
La significa expandir en lo humano lo divino y lo divino en lo humano. La Baraka o Bendición no solo es la fuerza vital sino que es la unión del Cielo con la Tierra, de la Palabra con la Escucha a través del Silencio, la lleva a comprender que la sanación depende de retornar la dualidad a la Unidad divina que somos para ser una sola Creación, y que por ello el individualismo que conlleva decir, es mi cuerpo, es mi vida, no encuentra su sentido en este proceso de sanación curación, destrucción, conservación, creación como lo desarrolla y explica el misterio de la Trimurti Hindú, la cual a través de el Creador, el conservador y el destructor lleva a cabo este proceso relacionado con la Vida, la Muerte y la Resurrección.
La Baraka o la bendición es una fuerza vital ejercida en el otro a través del conocimiento de uno mismo, el cual al expandirse en la Carne-corporalidad- y en cada uno de los lenguajes fortalece no sólo la Vida y la Existencia del ser humano sino la esencia otorgando curación.
Las bendiciones al irse construyendo en el día a día, crean una energía fuerte la cual potencializa las cualidades del ser humano, provocando que los dones se materialicen al no encontrar duda, teniendo sentido, acto y potencia en la fe, porque quien tiene fe no duda, no busca afuera lo que debe encontrar en sí mismo.
La bendición o Baraka al ser una fuerza vital surgid para emanar, dar fruto y curar tiene un proceso de conocimiento lento y a la vez tan grande que se crea en el inconsciente tomando su sentido y gracia en el Silencio.
Las bendiciones se crean en el interior, se construyen, se posesionan y se fortalecen de la energía que emana del cuerpo - materia hacia lo divino. Esto explica que es el cuerpo el camino central para llegar a D/os.
Pedir u ofrecer una bendición lleva en sí misma la responsabilidad de un trabajo interior diario y constante el cual purifique, vacíe y retorne a la Nada para que poder invadirnos del Todo, de ese Todo que encuentra su origen en la Imagen y Semejanza, en la fuerza vital que nos revela parte del universo, que nos lleva a comprender que cada bendición o baraka se forma de la Creación, Conservación y Destrucción de nosotros mismos, proceso de la Resurrección, es decir, cada bendición es la Resurrección que ofrece una persona a otra al otorgarle su Vida y Muerte, como lo hizo Jesús.
En resumen, decir, D/os te llene de bendiciones, significa, que cada día tu propio conocimiento sea el fundamento por el cual trabajes y a través del cual comprendas que ser Imagen y Semejanza de D/os es sanar y curar al prójimo como a ti mismo a través de construir un Camino Recto, como lo dice el sexto verso de la Sura Al Fatiha. Por ello, Jesús menciona No busques entre los muertos al que está vivo: No lo busques, no lo salves, sino Sánalo, Cúralo, Resucítalo.
El que tenga oídos que Escuche y quien Escuche guarde Silencio y Sane a través del latido del corazón de cada una de sus Palabras...
[1] Antiguamente eran cinco estaciones, el estío se presentaba en junio, julio y agosto y era la época más calurosa del año, con el paso del tiempo se fue perdiendo el concepto, existen una gran inmensidad de textos literarios donde se menciona siendo en el Quijote de la Mancha uno de los más célebres e importantes.
[2] Cf. Pheshitta.