Revista Cultura y Ocio
El monasterio benedictino de Lindesfarne, o la Isla Santa, como se lo llamó, se fundó a través de la instrumentalidad de Oswald, el hijo de Ethelfrith, rey de Northumberland, quien estaba ansioso por la promulgación de la fe cristiana dentro de sus dominios. Aidan, el primer obispo del que tenemos una cuenta distinta, fue nombrado alrededor del año 635. Bede nos cuenta que solía frecuentar la isla de Farne para rezar en privado y no ser molestado.[153]Esta pequeña isla, distante a unos nueve kilómetros de la iglesia de Lindesfarne, obtuvo gran celebridad[ 94 ] de San Cuthbert, quien buscó ese lugar tranquilo y llevó allí una existencia solitaria en gran continencia de mente y cuerpo.[154] En 685 fue nombrado para la sede de Lindesfarne, donde, con su piadoso ejemplo y su vida normal, instruyó a muchos en sus deberes religiosos. LEER MÁS »