Aunque la oferta de información en Internet sobre videojuegos es abrumadora, siempre he pensado que las revistas de videojuegos todavía no están muertas. A pesar de que el medio pasa por uno de sus peores momentos, creo que las revistas tienen que ejercer más que nunca su rol de content curator, ofreciendo la mejor información posible, y dando más prioridad a la calidad que a la actualidad. Obviamente, esto también se da en algunos medios digitales, pero si además le sumamos la magia que tiene leer en papel, y una maquetación muy distinta, pienso que las revistas todavía tienen mucho que decir.
Por ese motivo, me dio mucha pena que el Grupo Zeta decidiese deshacerse de una de sus cabeceras más míticas hace unos años, dejándonos sin nuestra ración mensual de Super Juegos Xtreme. Aunque parte del espíritu se mantuvo en la Revista Oficial de PlayStation, tenía ganas de que volviese el espíritu gamberro -y multiplataforma- de Némesis, Tones, Javi Sánchez y compañía. Por fortuna, y casi por sorpresa, hace unos días se anunció que la conocida revista británica games™ llegaba a nuestro país, de la mano de Marcos “The Elf” García, y de su Equipo A habitual, con la ayuda de otros colaboradores provenientes de Marca Player, y de otros medios.
La primera entrega -correspondiente en su mayor parte al número 120 de la publicación inglesa-, llegó a los kioskos a finales de Marzo, y no estuvo exenta de polémica, principalmente por este detalle:
Lo de La MEJOR revista de videojuegos del MUNDO
es lo de menos -una interpretación bastante libre de The multi award-winning MULTIFORMAT games magazine
-, pero el tema que más ampollas ha levantado es el precio. No se puede negar que frena la compra impulsiva de la revista al verla en el kiosko -y más si no se puede hojear al estar plastificada-, y parece que duele un poco más en estos tiempos de crisis. Además, es más del doble de lo que valen las de la competencia, pero también hay que admitir que es lo que vale una entrada de cine o una copa en la capital.
Sin embargo, cuando tenemos la revista entre manos, vemos que el precio empieza a justificarse. La encuadernación en formato libro da mil vueltas a las grapas de otras publicaciones, y los relieves de la portada son una delicia. Al pasar las páginas resulta evidente de que el papel es de buena calidad -no el mejor, pero transparenta muy poco-, y a lo largo de la revista nos encontramos con muy poca publicidad, apenas una docena de páginas.
Antes de pasar a los contenidos, me gustaría hace un pequeño inciso en este último tema, y es que me ha llamado poderosamente la atención el número de referencias al nuevo “Medal of Honor” que hay en toda la revista. Portada, contraportada, editorial, y artículo destacado de siete páginas a un juego que sale a finales de año y está en pañales. Cierto es que la saga tiene solera -a pesar de que en los últimos años haya bajado el listón considerablemente-, pero me hubiese gustado que esta “apuesta”, y su correspondiente inyección económica, hubiese significado una ligera disminución del precio. Pero bueno, también es justo decir que todo esto se te olvida cuando después de la editorial te encuentras con esta maravilla:
Y es que “Switch!” es uno de mis juegos fetiche, y supongo que Némesis habrá metido mano en este sentido, ya que en la publicación original aparecía “Super Mario 64“. Siguiendo con este tema, la verdad es que la estructura de la revista es prácticamente calcada a la británica. He podido compararla gracias a Zinio -por menos de cuatro euretes, por cierto-, y coinciden gran parte de los reportajes, avances y análisis, siendo la sección retro del número anterior.
Por fortuna, la parte que está traducida no tiene ni punto de comparación con ese desastre que fue la edición española de EDGE. Los textos están bastante cuidados -con alguna que otra “errata tróspida”, como es lógico-, y en ocasiones incluso se intuye el toque personal del redactor que se ha encargado de la traducción.
Por otro lado, en los análisis se ha aprovechado la maqueta original, pero el texto es completamente nuevo. Esto se nota sobre todo en dos juegos que los ingleses tachaban de mediocres -”SSX” y “Resident Evil: Operation Racoon City“-, y aquí han parecido notables. Esperemos que el tema de los “numeritos” no se saque de madre, porque si leemos los textos se destacan suficientemente bien las virtudes y los defectos de los juegos analizados.
Por desgracia, no todos los artículos son igual de rigurosos, y cosas como el avance de “Kinect Star Wars“, o la “entrevista” -por llamarla de alguna manera- a Dan Greenawalt dan algo de vergüenza ajena. Esta pequeña decepción se contrarresta con una estupenda sección retro de más de 20 páginas o con los (breves) perfiles de varias compañías, que demuestran que la publicación va dirigida a un público maduro y exigente, que no sólo está interesado en la más rabiosa actualidad, y que no se deja impresionar con fotos enormes y cuerpos de letra de libro de primaria.
En definitiva, tenemos ante nosotros a una publicación prometedora, que se ha ganado un sitio en mi apretada estantería. Todavía tiene camino para mejorar y defectos que pulir, pero creo que ya es, por derecho propio, lo mejor que se publica en nuestro país sobre videojuegos. Esperemos que el precio no sea un obstáculo para su penetración en los kioskos, y que Zeta no tenga que dar el tijeretazo… aunque eso, en el fondo, depende de nosotros.