Revista Cine

Bienvenido, Mr. Berlanga

Publicado el 13 noviembre 2010 por Gcpg
Bienvenido, Mr. BerlangaMr. Berlanga, sea vd. bienvenido. Pase y acomódese. El cielo, esta vez, no podía esperar más. Y mire que los ángeles no han escatimado esfuerzos para traerle hasta aquí. Hemos infligido dolor a su cuerpo, hemos reseteado su memoria, hemos roto en pedazos al erotómano y sentado en una silla de ruedas. Porque el cielo le quería, pero vd. no quería el cielo. ¡Qué manía con sentirse a gusto con los pies en el suelo! ¿Qué gracias le traía a vd. el contacto con la tierra? 89 años nos ha costado arrancarle del pueblo para traerle al mismo sitio donde Fellini, Buñuel o Wilder hace tiempo que le esperan.
Pues bien, al final está el final. O mejor, el comienzo. Ya ha dado vd. un punto final a su vida y a su obra (¡Qué jodido, por si acaso, te dejas ahí una misteriosa caja!). Digamos que su vida acaba con puntos suspensivos.
La novela no se lee hasta que se acaba. Es el momento, ahora que se ha acabado, de empezar por el principio. No sé cómo se las apañó, deduzco que la suya era una de esas inteligencias poco comunes: no es vd. un director de cine, es un director de orquesta. En sus películas los actores no interpretaban un papel sino una partitura. Como movidos por una mano firme y a la vez elegante, los personajes de sus películas se mueven según la sinfonía de la vida, dotando a los papeles de una realidad pura, ni cargada de un drama eterno, ni de una alegría desbordante.
En fin, para vosotros, mortales, es el adiós al subversivo, al cínico, al libertario transformado en libertino. ¿Qué vamos a hacer ahora que en el paraíso reinarán la subversión, el cinismo -¡el cineísmo!- y el libertinaje?

Volver a la Portada de Logo Paperblog