Estamos muy acostumbrados a ver series protagonizadas por mujeres (Sexo en NY, Desesperate Housewives...) que tratan básicamente de 2 temas: amor y moda. Y es que cuando una mujer se pone al frente de una trama, parece imposible que la trama no gire en torno a los tópicos: las mujeres nos encanta el romanticismo y las compras. Es justo decir que la mayoría de dichas series son escritas por hombres, por lo que su falta de conocimientos sobre el mundo femenino es esperada. Yo me siento mucho más cómoda creando un personaje femenino que uno masculino, y al contrario debe ser lo mismo. En una industria donde la mayoría de los proyectos han sido creados por hombres, las mujeres han pasado a ser el complemento del protagonista masculino: chica a conquistar, esposa abnegada, madre dulce y comprensiva...papeles con una personalidad plana en su mayoría.
Pero los tiempos cambian, y la industria del cine y la televisión no son la excepción. Big Little Lies se basa en la obra literaria del mismo nombre escrita por Liane Moriarty, producida por Pacifin Standars (productora de Reese Whiterspoon) y protagonizada por un elenco estelar: Nicole Kidman (Celeste), Resse Witherspoon (Madeline) y Shailene Woodley (Jane). Quizás la última solo os suene si habéis visto la saga Divergente.
La trama se centra en la vida de 3 mujeres y un misterioso asesinato, cuya víctima no se desvela hasta el final de la serie. Una fotografía impecable, un guión exquisito y una banda sonora perfecta les ha valido para destacar en el panorama con apenas 7 capítulos; pero lo que más ha enganchado es la visión de la vida desde estas 3 mujeres.
Jane, víctima de violación y madre soltera
Llega nueva la ciudad junto a su hijo Ziggi, fruto de una violación años atrás. La violación de Jane se plantea en un escenario que aún genera mucho debate, y es que conoce al agresor en una fiesta y acepta su invitación de acompañarle al hotel, en estado de embriaguez. En este supuesto, muchos culparían a Jane por haber ligado con el violador y aceptar acompañarle, por lo que si de esa invitación se derivara una violación, muchos exculparían al agresor. Jane representa a ese problema cultural, la mujer como responsable de su violación, que tan de moda está últimamente.
Madeline, ama de casa...¿frustrada?
Con Madeline puedes tener sentimientos encontrados, quizás sea el personaje menos convencional. Y es que es un personaje de todo menos plano. Trabaja 20 horas a la semana, tiene dos hijas y mantiene una relación algo distante con su actual y segundo marido. Por las palabras de Madeline puedes sacar una conclusión: está aburrida de su propia vida. Mantiene una especie de guerra criticando a otras madres con carrera y trabajos bien remunerados, a las que acusa de pasar poco tiempo con sus hijos; pero a su vez podemos ver cómo se aburre en el papel de madre y esposa y se refugia en su trabajo a media jornada para escapar de la rutina. Madeline nos habla de ese debate entre las mujeres: ¿Eres mala madre si tienes una carrera profesional? La crianza de los hijos, entendida como una obligación exclusiva de la mujer, y la necesidad de una economía propia provocan una guerra entre madres amas de casa VS madres que trabajan fuera de casa. Las primeras acusan a las otras de perderse la infancia de sus hijos (curiosamente no consideran que los hombres se pierdan nada por trabajar) y las segundas llaman mantenidas a las primeras y les preguntan qué harán cuando sus sustentos les den la patada.
Celeste, la mujer maltratada
Durante las primeras escenas nos puede parecer que lleva una vida de ensueño: marido guapo y cariñoso, casa enorme e hijos con cara de anuncio de Kinder Bueno. Pero pronto vemos que la realidad es muy distinta. Celeste es una mujer maltratada, que se niega a considerarse como tal y que parece incapaz de dejar a su marido.
Era una abogada de éxito, que dejó su carrera cuando él se lo pidió para poder tener hijos. Desde entonces vive como la perfecta ama de casa, esposa y madre. Quizás su personaje nos presente las escenas más duras, las escenas de maltrato se reproducen en cada episodio, sin tapujos, porque no hay que adornar o disfrazar esa realidad. Los maltratadores no dan signos de serlo delante de los demás, es algo que se queda como un secreto entre la pareja. Celeste es la primera en disculpar y justificar a su marido, incapaz de reconocer que se ha casado con un monstruo. Y esto deriva en algo muy común: uno de sus hijos también maltrata a una compañera de clase. Celeste nos trae otro problema de las mujeres: el maltrato justificado en una relación y las repercusiones en los hijos.
Como podéis comprobar las mujeres pueden protagonizar tramas que no versen sobre encontrar el vestido perfecto o vivir angustiadas porque el chico que les gusta no las invitan a salir.