Mi hermano y mi padre, además de compartir genio y humor, comparten sigo del zodiaco: dos escorpios que lo mismo se enzarzan en un debate sobre cómo poner en tupper unas lentejas, que se llaman por teléfono para contarse sus cosas y reirse sin más sentido que el que ellos entienden.
Así que esta semana pasada fuimos a Bilbao Berria a celebrar sus respectivos cumpleaños. Una celebración que llevaba casi tres semanas de reserva, no por problemas de agenda nuestra (que suele ser el principal motivo) sino porque para comer en Bilbao Berria un fin de semana, como poco, hay que reservar dos semanas antes. Si, dos semanas, has leído bien. ;)
Nos acompañaron hasta nuestra mesa, no es la de la foto, sino justo la de enfrente, pero es que esas paredes de piedra, las sillas y su tapicería maravillosa, y el sofá para compartir me parecieron preciosos, ¡foto pa'l blog! El encargado de sala, que antiguamente se encontraba en el desaparecido Café Moyua (ahora hay un Max Mara, vamos, ni color), nos trajo las cartas, y nos dejó unos minutos para pensar. Pedimos tres entrantes para compartir, asesorados por Jose, el encargado de sala que nos atendía, y que fue un encanto con nosotros:
EntrantesTodos estuvimos de acuerdo con pedir la ración de "sardinas marinadas, pan-tomate y nube de parmesano" pero los 4€ nos despistaron, quizás para compartir, resultaba algo escaso, y menos mal que nos aconsejaron que pidiésemos dos raciones, para poder disfrutar un poco más de las sardinas, suaves, con una marinada ligera que no tapaba en absoluto su sabor.
Tras las sardinas, unas almejas de tamaño medio, con una curiosa salsa a base de pimentón de la Vera. La verdad es que nunca hubiera pensado en esta mezcla de sabores, que me sorprendió gratamente, aunque para mí, la salsa verde de las almejas que prepara mi padre, es insuperable.
El tercer entrante lo escogí yo, siempre que veo algo que se sale de lo normal, ¡pido eso! En este caso, eso de "Tarro de polvo de foie con manzana asada, Pedro Ximénez y kikos" (querido corrector ortográfico, ya sé que me mandas señales para que adelgace cambiando KIKOS por KILOS, pero no pienso hacer dieta. Gracias)Solo os digo que solté una frase de las mías que hizo que mi padre casi llorase de la risa mientras comíamos este curioso entrante servido en un tarro de cristal. Este venía con instrucciones de uso: con una cucharilla, meterla hasta el fondo, y así, poder probar a la vez todos los ingredientes. Pedidlo, ya me daréis las gracias después.
Segundos
Mira que es raro, pero ese día estaba yo de asado. Normalmente pido pescado, pero al ver que mi querido hermanito se iba a comer las "Kokotxas de merluza con pilpil de setas", yo me lancé al "cordero confitado con aceite de arbequina al romero", tenia buen sabor, pero me tocó una de las partes más secas del cordero.
Cuando mi padre leyó "perdiz" se le iluminó la cara, pero cuando leyó "al cacao" se le cambió un poco: ¿¿AL CACAO?? Bueno, vamos a probar. Y viendo que no quedaron más que los huesitos y el ramillete verde de decoración, le encantó.
Ahora que veo la foto del pescado que pidió mi madre, me arrepiento de no haber prestado más atención: era un pescado fuera de carta, del Mediterráneo, suave, a la plancha y por recomendación de Jose, el amable hombre que nos atendió. Mi madre dijo que estaba buenísimo, así que si la co-patrocinadora del blog lo recomienda, ¡no tengo nada más que decir!
Como ya os adelantaba en mi plato, A pidió las kokotxas, será que en Madrid no las preparan tan bien. Un plato hondo con una gran cantidad de kokotxas que se fundían con un cremoso pilpil con ese toque a setas. Además de estar delicioso, con ese punto de gelatina de las kokotxas, un diez para el que emplató el plato y se preocupó de que llegase bien caliente a la mesa. No hay nada peor que comer un pesado con pilpil frio.
PostresMi hermano pidió el "bizcocho de pistachos con yogur y frutos rojos" que pensábamos que no nos iba a sorprender, y mira tú por donde, fue nuestro preferido. Creo que no me equivoco si digo que el bizcocho es como el que nos enseñó Paul Ibarra en el txoko de Canales (el post, aquí) preparado en un vasito de plástico en el microondas: sin duda un maravilla eso de hacer grandes cosas con elementos corrientes.
Por recomendación de mi querido amigo J' pedimos "lingote de oro" una crema de chocolate negro, cubierto de polvo de oro, sin duda un sabor intenso y adictivo!
Como tercer postre yo quería pedir el smoothie de mango y no-me-acuerdo-qué-más, pero viendo la cara que puso la camarera cuando le pregunté qué le parecía seguido de un "mejor pide el carpaccio de piña", se me quitaron las ganas. Y la verdad que la piña con el helado de piña y las nueces con miel hicieron que fuese el final perfecto.
NOTA: tuve que irme antes de lo previsto por una reunión de trabajo, pero me cuentan mis padres y hermano que tras los cafés les invitaron a una copa de champagne, cortesía de la casa, gracias a Jose, el jefe de sala que nos atendió.
BILBAO BERRIAwww.bilbaoberria.comC/Ledesma 26, Bilbao.
Se trata de una cadena MADEIN BILBAO, con restaurantes en Madrid, Londres y Formentera (sí, curioso lugar para expandir el negocio). En nuestra ciudad está en la calle Ledesma, donde se encontraba el antiguo Mantxinbenta, con parte del personal del desaparecido Metro Moyua de Gran Vía, y comparten jefes con Monterrey, de los pocos bares que sobreviven en la Gran Vía bilbaína. Sin duda la espera y la reserva con tanta antelación merecieron la pena: el lugar es precioso, la distribución es complicada, pero aún así le sacan chispas a la barra y al comedor; el equipo de sala de diez, atentos, profesionales y educados; y la comida, nos encantó, las raciones de los entrantes son más pequeñas de lo habitual, pero se acompañan por el precio, sólo tenerlo en cuenta por si vais varios y queréis compartir. Las raciones de los segundos y postres, perfectas.
Celebración de dos cumpleaños entre cuatro, algo más de 160€