Bilingüismo y Logopedia
Antiguamente, el bilingüismo se consideraba negativo para el aprendizaje y desarrollo lingüístico de los niños, sin embargo, esta idea está cambiando con las recientes investigaciones.
Hoy en día, es cada vez más común que los niños estén expuestos a dos o más lenguas, ya no solo en su ambiente familiar, también en el escolar, siendo esto un requisito cada vez más solicitado por los padres para inscribir a sus hijos en un colegio.
Muchos padres suelen temer que el segundo idioma pueda afectar negativamente a la calidad del dominio del primer idioma. Sin embargo, no por introducirles al bilingüismo les va a generar problemas en el área lingüística, sino que, de tenerlos de por si en el idioma nativo, los manifiestan ellos mismos en la lengua extranjera. Esto se basa en que el desarrollo del habla en el primer idioma sienta las bases para aprender el segundo. Por ello, es esencial corregir los problemas base del propio idioma antes de intervenir en el segundo.
Muchos de esos niños que acceden a un colegio bilingüe, tienen de base algunas alteraciones en su habla y lenguaje lo que conduce a una baja calidad de conocimientos, así como trastornos en el ámbito afectivo y personal al verse comparados con otros niños. Esta es la razón, por la que, de darse este caso, los niños deben comenzar su tratamiento de logopedia cuanto antes para evitar alteraciones mayores futuras.
Características de personas bilingües
Las personas bilingües en un inicio suelen presentar mayores dificultades en las habilidades lingüísticas en cada uno de los idiomas por separado, junto a un vocabulario menos amplio y, por tanto, presentan mayor lentitud en las tareas de denominación durante el aprendizaje de los mismos.
Cuando son pequeños su sistema léxico incluye palabras en las dos lenguas, sin embargo, el desarrollo del lenguaje se asemeja a un monolingüe. Cada concepto tiene aplicada una palabra y, a veces, las frases que se emplean en esta etapa se construyen con elementos de los dos idiomas.
En una etapa posterior, existen dos léxicos diferentes, pero aplican las mismas reglas sintácticas a ambas lenguas. Algunas palabras se diferencian de manera clara, pero cuando son similares aparecen titubeos y suelen intercalar palabras de los dos idiomas.
Posteriormente, ya establecen un léxico y una gramática para cada lengua, proceso en el cual ya se va asentando el bilingüismo y el niño es capaz de hablar fluidamente en ambas lenguas y con la misma competencia lingüística que un monolingüe.
Todo este proceso puede verse enlentecido a causa de la gran carga cognitiva que supone. Así, encontramos niños expuestos a varias lenguas que parecen tardar más en hablar, tienen muchas confusiones, etc. No obstante, también hay niños que afianzan las lenguas rápido.
Como ya se ha demostrado, cuanto más temprana sea la exposición a una segunda lengua, más sencilla es su adquisición ya que la plasticidad cerebral es mayor cuanto más joven es el sujeto.
La temporización en la exposición a diferentes lenguas también afecta a los procesos de aprendizaje, así como la competencia de los padres en los diferentes idiomas que se le inculquen al niño. Cuanto más expuesto y mejor dominio de la gente de su entorno, más sencillo y eficaz será su aprendizaje.
¿Qué beneficios tiene el bilingüismo sobre el cerebro?
El bilingüismo presenta beneficios cognitivos sobre las funciones ejecutivas, cuyas consecuencias se muestran no solo en el procesamiento lingüístico en ambas lenguas, sino también en el procesamiento de tareas no lingüísticas. Los niños bilingües demuestran mejora en el control ejecutivo como resultado del manejo de las dos lenguas, debido a que tiene que seleccionar de forma constante una lengua cuando ambas compiten e inhibir el uso de la otra. Este control ejecutivo decrece con la edad en niños monolingües, pero en bilingües se incrementan con el tiempo de exposición a la lengua.
Muchos científicos consideran que el bilingüismo es un factor positivo para la formación de la lógica, el pensamiento y la velocidad de reacción
Tartamudez y bilingüismo
Está demostrado que el aprendizaje de una segunda lengua puede influir en la fluidez verbal del niño, ya que puede ocurrir que éste tenga dificultades en encontrar la palabra correcta para expresar ideas, mezcle vocabulario, le sea difícil utilizar oraciones gramaticalmente complejas en alguno de ellos, todo ello provocando habilidades en el lenguaje más débiles y alguna disfluencia, no por ello permanentes, sino como parte de un proceso natural de habla como a cualquier persona. Esto es lo que se consideraría una disfluencia típica, la cual presentamos prácticamente toda la población en algún momento de la vida, especialmente al aprender un idioma nuevo.
En sí, no se ha demostrado que el bilingüismo cause verdaderamente disfemia (tartamudez) y, aunque es poco frecuente, podría darse en ambas lenguas o en uno u otro idioma, pero no a causa del bilingüismo.
Niños bilingües y autismo
Hay una creciente evidencia sobre el posible beneficio de la exposición multilingüe en niños con trastornos del desarrollo para su entorno social y lingüístico. Al igual que en el resto de niños, la exposición de niños con autismo al bilingüismo es también muy común, viendo en ellos patrones similares a sus contrapartes monolingües en cuanto a vocabulario, lenguaje expresivo y receptivo, pragmático y funcionamiento cognitivo.
Entre los beneficios que podemos encontrar del bilingüismo para personas con autismo está el desarrollo de identidades multiculturales, participación en actividades de la comunidad, enriquecimiento de relaciones y sobre habilidades cognitivas relacionadas con la atención.
¿Qué suele recomendar el logopeda infantil?
Solemos recomendar, como se ha dicho antes, trabajar primero sobre el idioma base que suela usar el niño y sobre el que se desarrolle su contexto. Es cierto que, si el logopeda también es bilingüe en sus idiomas, puede aportar un mayor beneficio en la terapia, aunque esto suele ser difícil de encontrar.
El logopeda debería conocer los patrones fonológicos comunes y atípicos de la lengua a trabajar, así como su orden de adquisición, patrones dialectales, dificultad, frecuencia y contextos facilitadores de los sonidos a trabajar y errores que más afectan a la inteligibilidad del mensaje.
Es importante, antes de introducir otro idioma, asegurarse de que tenga un mínimo dominio sobre el suyo propio, ya que sino solo le generaríamos más confusión y frustración. En cambio, si el peque es capaz de hablar, aunque presente errores fonológicos o alguna mínima alteración de lectoescritura, etc., podemos introducirle otro idioma bajo una buena supervisión.
¿En qué lengua ha de realizar la intervención el logopeda?
Esto sigue siendo un debate continuo. En logopedia se suele intervenir en la lengua del profesional, a no ser que éste sea bilingüe y pueda participar con ambas lenguas. El problema base, es que a veces no se intervenga en la lengua dominante del niño. Se recomienda consultar con los padres sobre su elección y establecer en casa sobre la lengua hablada ahí. Esta decisión no tiene por qué ser permanente, se puede cambiar por supuesto, teniendo en cuenta el desarrollo y recuperación de la lengua sobre la que se ha intervenido.
El objetivo de nuestra intervención será promover cambios funcionales, estimulando la comunicación del niño en entornos significativos para motivar su uso y generalizar y afianzar ese aprendizaje.
Según YAVAS Y Goldstein (1998), el logopeda deberá trabajar primero sobre los patrones que más afecten a la inteligibilidad en ambas lenguas y aquellos con la misma tasa de error en la lengua dominante y la no dominante. A continuación, se tratarán los patrones fonológicos con distinta frecuencia en cada lengua que puedan afectar a la inteligibilidad de ambas y, finalmente, trabajar sobre los patrones fonológicos que afecten solo a una lengua.
Bilingüismo mal integrado
Los estudios sobre población bilingüe con alteraciones del habla son aún escasos, sobre todo en cuanto a los resultados basados en la práctica.
La investigación disponible apoya la postura de que los niños con alteraciones del lenguaje pueden ser bilingües ya que, si la exposición es adecuada y regular, no afectará negativamente a su desarrollo del lenguaje más allá de las limitaciones propias de su patología.
A su vez, se considera necesaria la intervención precoz sobre las alteraciones del lenguaje que aparezcan para que no influyan en etapas posteriores del desarrollo del niño, facilitando así el asentamiento del bilingüismo y confianza del sujeto.
Bibliografía
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