Todo lo que siempre quiso saber sobre biocombustibles
(Y le hubiera gustado preguntar, pero no tenía ni idea de por dónde empezar)
Desarrollo al modo de la antigua escuela -según nos han contado; somos maduritos, pero no tanto-.
P – ¿Qué es el biocomustible?
R – Ejém… Biocombustible es todo aquel combustible producido o metabolizado por organismos vivientes (lo que se denomina 'biomasa'). Para que se considere 'bio', debe tener al menos un 80% realmente 'bio'…
P – ¿Cómo? ¿qué es eso del 80%?
R – Esto… quiero decir que no vale con mezclar gasolina en gran proporción con algún aditivo “verde” para vender que es un producto más “ecológico”.
P – Muy bien… ¿qué tipos de biocombustibles hay?
R – Uf… Mogollón…
P – ¿Perdone?
R – Sí… Disculpe, es que soy de fuenla. Me refiero a que hay muchos y para todos los gustos: basados en cereales, aceite de colza, de palma, de cacahuete… el primer motor diesel ya apuntaba hacia un modelo más sostenible.
P – Interesante. Pero, ¿realmente los biocombustibles ofrecen alguna ventaja sobre los combustibles ya conocidos?
R – Lo idóneo sería utilizar energías renovables no contaminantes… ¿Ventajas? Sí, aunque también tienen muchas y grandes desventajas.
P – ¿Sobre las ventajas?
R – Son menos contaminantes, reavivan áreas de cultivo que de otro modo permanecerían abandonadas, soportan menos impuestos y lo principal: consiguen eliminar la dependencia del petróleo.
P – ¿Y las desventajas?
R – Las grandes corporaciones intentan obtener el control de los recursos explotándolos al máximo, creando dañinos monocultivos y deforestando. Digamos que terminan destruyendo comunidades y generando más CO2 que el se pretendía eliminar.
P – ¡Entonces los biocombustibles son más un problema que una solución!
R – No necesariamente. Fíjese: en Oslo muchos autobuses se mueven con biometano gracias a las generosas donaciones de sus habitantes, ¡cada vez que estos van al servicio!
P – ¿Y por qué no se extiende este modelo?
R – Por el dinero, el maldito dinero… ni los gobiernos ni las empresas petroleras están dispuestas a renunciar a su pastel. De hecho -ya lo contamos en Cooliflower hace algunos meses- muchos agricultores llevan años utilizando aceite de colza en sus tractores y les va estupendamente… pero es algo ilegal.
P – ¿Ilegal?
R – Claro. Más del 50% del precio del gasóleo y la gasolina son impuestos. El día que los economistas entiendan que no hay mayor beneficio que nuestra propia supervivencia, gran parte de nuestros problemas dejarán de existir.
Video: La peor cara de los biocombustibles.