Muy usado en los últimos años, biodiversidad es un término de múltiples acepciones, siendo una de las más aceptadas la del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica. Ésta nos dice que la Biodiversidad es la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas.
Si concretamos que la biodiversidad es la variedad de especies, dentro de cada especie y entre los ecosistemas, entenderemos fácilmente que un servicio ecosistémico se puede definir como los beneficios que obtienen personas y empresas a partir de los ecosistemas.
Existen 4 categorías principales de servicios ecosistémicos:
- Servicios de aprovisionamiento: madera, medicamentos, agua dulce, alimentos, fibras.
- Servicios de apoyo: existencia de hábitats, ciclo de nutrientes, dispersión de semillas.
- Servicios de regulación: depuración del agua, polinización, control de plagas.
- Servicios culturales: recreación, turismo, inspiración espiritual
Si nos centramos en el mundo de la empresa, todo lo que lo éste necesita para sus actividades proviene directa o indirectamente de lo que acabamos de definir como servicios ecosistémicos.
Es lo que otorga a estos servicios valor en todos los sectores empresariales. Un valor que a menudo es evidente en el caso de recursos naturales como la madera o los combustibles fósiles, pero que con frecuencia se ignora en los informes corporativos cuando se trata de, por ejemplo, de la depuración del agua o la mitigación de los desastres naturales. No obstante, el valor de estos servicios y los beneficios que se obtienen de ellos son patentes cuando el servicio escasea o desaparece.
La diversidad biológica afecta a todos por igual, desde individuos particulares hasta organizaciones multinacionales
Todos dependemos de los servicios ecosistémicos, aunque la relación parezca poco evidente en primera instancia. Pongamos el ejemplo de un conocido banco holandés que calculó las pérdidas que sufriría si se extinguieran las abejas melíferas, ya que esta entidad había realizado grandes inversiones en el sector agrícola, que depende directamente de la polinización. Este es un ejemplo de un riesgo empresarial que se deriva de una relación indirecta entre un sector y un servicio ecosistémico.
Además la pérdida de biodiversidad puede suponer un riesgo empresarial debido a la importancia de la opinión pública. Las empresas deben tener en cuenta el crédito (no nos referimos al financiero:-) que les otorga la sociedad para operar. Si una empresa causa una pérdida medioambiental considerable, la opinión pública es probable que se le ponga en contra. Esto le puede llevar a perder clientes, a que caiga el valor de sus acciones e, incluso, a la quiebra.
La caída en el precio de las acciones de BP tras el vertido de petróleo de la plataforma Deepwater Horizon es un buen ejemplo de esto. Otro ejemplo puede ser el de la campaña de opinión organizada por Greenpeace contra Nestlé por el uso de aceite de palma en las chocolatinas KitKat, pues el cultivo de la palma aceitera es uno de los principales causantes de la destrucción del hábitat de los orangutanes en Indonesia.
Si bien estas son empresas multinacionales con un impacto importante en la biodiversidad, las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) también pueden causar descontento en la opinión pública si compran sus recursos y productos a proveedores con malas prácticas. Esto pone de manifiesto que participar en la pérdida de la diversidad biológica tiene un riesgo empresarial tangible.
Proteger la biodiversidad abre oportunidades empresariales para abordar nuevos mercados o nuevas líneas de negocio
Al igual que en el caso de los recursos esenciales para el funcionamiento de un negocio, constituye una buena práctica empresarial tomar medidas a favor de la protección de la biodiversidad y de la salvaguardia de los servicios ecosistémicos.
Participar en la conservación de la naturaleza no debe ser una cuestión de moda, ya que como hemos visto, existe un rendimiento económico al implantar iniciativas de protección ecointeligentes.
Las empresas que tu entorno ¿se preocupan del cuidado de la biodiversidad?
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