Un clásico entre los clásicos, lo que también podríamos considerar una apuesta segura. En mi armario cervecero, si puedo, procuro tener siempre alguna. Es de esas cervezas que apetecen siempre, que siempre sabe bien, y que nunca defrauda.
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Esta Strong Ale, belga de nacimiento, no nació hace cientos de años, como otras. Es mucho mas reciente. Concrétamente surgió para celebrar el fin de la I Guerra Mundial, y su nombre significa «Diablo» en belga, por su graduación principalmente.
8,5% de ABV, dorada y sin filtrar, con un aroma a lúpulo bastante marcado. Espuma densa y cremosa, carbonatación relativamente baja, y como con otras de las que ya hemos hablado, hay que tenerle algo de respeto, porque puede ser bastante contundente.
En cuanto a sabor, tiene un toque herbal y a clavo, y por supuesto, el punto lupulado que la caracteriza.
Cómo decía al principio, un clásico que nunca está de más en nuestro frigorífico. He aquí una descripción extraída de su web:
Duvel es una cerveza natural con un amargor sutil, un sabor refinado y un distintivo carácter lupulado. El proceso de elaboración único, que lleva unos 90 días, garantiza una pureza de carácter, una delicada efervescencia y un agradable sabor dulce a alcohol.
Esta cerveza se sirve en copa de tipo tulipa como la que se puede ver en la foto de cabecera.