Si he de contestar a la pregunta de cuál fue mi fruta preferida en mi infancia, tendría que responder “el coco”, ya que lejos de asustarme esta palabra en mis primeros años de vida, llegó a ser el principal ingrediente de mi chocolatina favorita, de mis natillas más solicitadas y también de un bizcocho que me recuerda mucho a este que hoy os traigo.
¡Hasta el olor de esas aceites bronceadoras que nos sitúan en grandes playas caribeñas llamaban mi atención!
Ahora sería una pregunta difícil de contestar, ya que en la actualidad las frutas han pasado a ser indispensables de mi cocina y sería difícil decantarme por alguna de ellas. Nectarinas, papayas, kakis, plátanos, naranjas, fresas… son las dulces golosinas que nos regala la naturaleza aportándonos fibra, agua y todo el sabor de cada una de las temporadas.
El coco sigue siendo uno de mis favoritos, pero es éste uno de los frutos que hemos de tomar con moderación, ya que además de múltiples propiedades, son altamente calóricos, por ello no sería recomendable comerlo a diario.
El coco además de contener uno de los mejores aromas frutales, nos aporta mucho calcio, hierro y también potasio, contribuyendo a la buena formación de nuestros huesos. Es por ello un excelente ingrediente para las meriendas de los más pequeños.
Aunque la pulpa contiene gran cantidad de ácidos grasos saturados, el agua que esconde en su interior contiene muy pocas calorías y grandes concentraciones de calcio, siendo la leche de coco un buen sustituto de la leche de vaca, para personas intolerantes a la lactosa o a la caseína.
También el magnesio destaca entre sus nutrientes, ayudándonos con el funcionamiento de nuestro intestino, nervios, músculos y actuando también como un suave laxante.
Y no sólo nos cuida por dentro con su vitamina E actuando como antioxidante, también las grandes marcas de cosméticos incluyen sus buenas aceites para hidratar la piel y el cabello.
Sabiendo un poco más sobre esta fruta, vamos ahora a descubrir un bizcocho de “piña colada”…
Ingredientes:
- 4 huevos
- 250 gr de queso fresco batido desnatado
- 150 gr de azúcar morena o cualquier endulzante natural
- 100 gr de coco rallado
- 100 gr de aceite de girasol
- 200 gr de harina integral de trigo
- 1 sobre de gasificante y 1 sobre de acidulante o en su defecto, un sobre de levadura química en polvo de repostería
- 1 pizca de sal
- mermelada de piña casera para decorar
- fideos de chocolate para decorar
Preparación con la Thermomix:
Lo primero que haremos será precalentar el horno con calor arriba y abajo con una temperatura de 180 grados.
Separamos las claras de las yemas y metemos la mariposa en el vaso y a continuación las claras para montarlas a punto de nieve. Lo haremos programando 6 minutos, temperatura 37º y velocidad 3 ½ , sin colocar el cubilete para que se aireen y se monten mejor, ayudándolas también con una pizca de sal.
Cuando estén bien montadas, las pasaremos a un bol grande y lo reservaremos.
Ahora quitaremos la mariposa de las cuchillas, y sin lavar el vaso vamos a incluir las yemas, el coco rallado, el azúcar y el queso.
Programar 30 segundos en velocidad 3.
Ahora añadimos el aceite de girasol y mezclamos durante 30 segundos con la velocidad 3.
Finalizamos nuestra mezcla añadiendo la harina y la levadura o gasificante y programamos 6 minutos a temperatura 37º y velocidad 3 ½.
Ahora vamos a volcar el contenido del vaso en el bol reservado de las claras y mezclamos con movimientos envolventes para evitar que bajen las claras.
Es el momento de elegir un molde, engrasarlo e introducir en él lo que será nuestro bizcocho de coco y piña.
Sólo tendremos que esperar unos 40 minutos a 180 grados y cuando esté frío lo desmoldamos. Será entonces cuando, con ayuda de un pincel de silicona, vamos a templar en el microondas la mermelada de piña y cubriremos la superficie del bizcocho, espolvoreando finalmente un poco de coco rallado y de fideos de chocolate para hacer más irresistible este bizcocho, que al menos a mí me hará viajar en el tiempo al recordar ese aroma de playas caribeñas… o tinerfeñas.
Preparación sin Thermomix:
Lo primero que haremos será precalentar el horno con calor arriba y abajo con una temperatura de 180 grados.
Separamos las claras de las yemas y montamos las claras a punto de nieve con la ayuda de unas varillas eléctricas, ayudándolas con una pizca de sal.
Cuando estén bien montadas, las pasaremos a un bol grande y lo reservaremos.
Ahora mezclamos las yemas, el coco rallado, el azúcar y el queso hasta conseguir una mezcla homogénea. Después agregamos el aceite de girasol y mezclamos bien.
Finalizamos nuestra mezcla añadiendo la harina y la levadura o gasificante con ayuda de una varilla manual y a continuación la uniremos con las claras montadas a punto de nieve, con movimientos envolventes para evitar que bajen las claras.
Es el momento de elegir un molde, engrasarlo e introducir en él lo que será nuestro bizcocho de coco y piña.
Sólo tendremos que esperar unos 40 minutos a 180 grados y cuando esté frío lo desmoldamos. Será entonces cuando, con ayuda de un pincel de silicona, vamos a templar en el microondas la mermelada de piña y cubriremos la superficie del bizcocho, espolvoreando finalmente un poco de coco rallado y de fideos de chocolate para hacer más irresistible este bizcocho, que al menos a mí me hará viajar en el tiempo al recordar ese aroma de playas caribeñas… o tinerfeñas.
La mermelada de piña casera se hace igual que la mermelada de naranja y papaya que ya publiqué hace unos días. Sólo tendremos que sustituír la papaya y naranja por piña, que puede ser congelada o fresca.