El caso es que cuando le hice las fotos, se las mandé por whatsapp a mi madre para darle un poco de envidia... (ji ji ji) pero la envidia me la va a dar ella a mí, que tuvo el valor de venir desde Úbeda a Granada para darme un par de besos y llevarse mi preciado y precioso bizcocho del que hicieron buena cuenta en mi casa.. ¡¡tienen tarea!! Pues nada, me hago y otro ¡ea!
Ingredientes; 1 kilo de cerezas, 1 yogur griego natural, 4 huevos tamaño M, raspadura de un limón, 200gr de azúcar, esencia de vainilla, 300gr de Aceite de oliva virgen extra de variedad arbequina, 425 gr de harina, 1 sobre de levadura en polvo, 3 cucharadas de copos de almendras, azúcar glass opcional.
Procedimiento;
Engrasamos un molde de 26 cm con mantequilla y espolvoreamos con harina, reservamos. Precalentamos el horno a 180º. Retiramos los huesos de las cerezas y dejamos escurriendo en un colador. En un bol hondo ponemos el yogur griego junto con los huevos, el azúcar, la vainilla, el aceite y la raspadura de un limón.
Batimos con las varillas eléctricas. Mezclamos la levadura con la harina y la tamizamos en un bol. Esta mezcla la iremos incorporando poco a poco a la anterior sin dejar de batir hasta que ya quede todo integrado.
Vertemos una parte de la masa en el molde (la justa para cubrir el fondo) y ponemos 1/3 de las cerezas repartidas y cubriendo huecos por la masa, vertemos otro 1/3 de masa y ponemos 1/3 de cerezas, y así una última vez más. Metemos en el horno a 180º unos 30 minutos, abrimos y espolvoreamos las almendras laminadas, dejamos hornear unos 15 minutos más y vamos probando con un palillo hasta que salga limpio. Sacamos y dejamos enfriar. Antes de servir se puede espolvorear con azúcar glass.
Poco nos gustan los dulces, pero la verdad es que este bizcocho ya se queda en nuestra colección de favoritos, queda esponjoso y suave, y es ideal para desayunar ¿os animáis a probarlo?