Pili, de Tothom a la cuina, propuso hace un tiempo el reto "Reposteras por Europa". Me pareció tan divertido y didáctico que me apunté al minuto.
Magnífico país del que no tenía ni pajolera idea de los postres, bizcochos o tartas típicas que rondaban por esas tierras de paisajes divinos. Y de ahí lo didáctico, porque es tanto lo que indagas e investigas que algo, por lo menos, acabas aprendiendo de los países vecinos.
Sinceramente, esta primera búsqueda no ha sido tarea fácil por varias razones. Una: algunos de los postres suizos más típicos llevan tal cantidad de azúcar (ya indican expresamente en la receta que es un postre muuuuuy dulce) que dudo que mi cuerpo lo pueda sintetizar, así que aunque seguro que están buenísimos de la muerte, yo tenía que hacer algo que luego pudiese ingerir (ya sabéis que a mí las cosas excesivamente dulces es que no las puedo ni tragar)...así que opción "súper típica" descartada. Y dos: encontrar una receta diferente a los típicos bollos suizos en un idioma que yo pueda entender diferente al alemán, no te creas tú que es coser y cantar...
Pero oye, me lo he pasado en grande.
Hace unos días, y después de buscar y buscar por diferentes webs, blogs, libros y demás, me topé con esta receta que me entró por los ojos nada más verla. La publicaba un amante del país (del que, lo siento, pero no consigo recordar que web era...mirad si habré visitado...) que recomendaba probar todas y cada una de las tartas típicas que por allí se saborean.
Para mí era perfecta, ya que consigue combinar 2 de los ingredientes más típicos de la repostería suiza: el chocolate y la fruta a tutiplén.
Y de sabor, ¡fantástica! Dificultad: muy baja.
Tiempo de preparación aproximado: 30 minutos para preparar la masa del bizcocho + 50 minutos de horneado.
Raciones: 12-14
Molde: yo he utilizado uno circular de silicona de 23cm.
INGREDIENTES
- 6 huevos a temperatura ambiente
- unas gotas de zumo de limón (para montar las claras)
- 150g. de azúcar
- 100g. harina de repostería
- 80g. mantequilla
- 60g. chocolate con leche con almendras enteras
- 1/2 sobre de levadura química para repostería
- 50g. de pasas
- 100g. de cerezas
- azúcar glass para decorar
PREPARACIÓN
- Precalentamos el horno a 180º, en la posición "arriba y abajo".
- En un bol ponemos las pasas con un poco de agua y un chorrito de brandy para que se hidraten. Como mínimo 30 minutos.
- Separamos las yemas de las claras y ponemos cada cosa en un bol.
- Añadimos a las claras unas gotas de zumo de limón y las montamos a punto de nieve. Reservamos.
- En un bol ponemos la mantequilla y el chocolate a trocitos. Lo fundimos al baño maría o en 1 minuto en el micro. Dejamos que se temple un poco.
- Añadimos a las yemas el azúcar y batimos con las varillas eléctricas unos 3 minutos hasta que consigamos una masa densa y con volumen.
- Seguidamente le añadimos el chocolate y la mantequilla derretidos. Mezclamos suavemente con la espátula.
- Añadimos la levadura y la harina tamizada y seguimos mezclando delicadamente con la espátula.
- Añadimos las pasas bien escurridas y las cerezas cortadas a trocitos. Mezclamos bien.
- Finalmente incorporamos las claras montadas y mezclamos con la espátula con mucha delicadeza para que no se nos bajen.
- Vertemos en el molde, que si no es de silicona lo tendremos que engrasar ligeramente con un poco de aceite de girasol o mantequilla.
- Introducimos en el nivel medio del horno y horneamos unos 50-55 minutos.
- Una vez horneado lo sacamos, dejamos que se enfríe un poco y desmoldamos, dejando que se enfríe por completo sobre una rejilla.
- Decoramos con azúcar glass.
Conservación: Este bizcocho queda muy jugoso, así que os aguanta perfectamente unos 3-4 días bien envuelto en papel film.