Revista Cine

Black Mass - 2015

Publicado el 25 enero 2016 por Jimmy Fdz
Black Mass - 2015
Director: Scott Cooper
  "Crazy Heart" es la opera prima de Scott Cooper, y desde entonces su carrera ha ido desinflándose a pasos agigantados. Y es que después de su estupendo debut en el cine, su segundo largometraje fue un insuficiente y fallido thriller rural en el que Christian Bale debe vengar la muerte de su hermano, recién a los sesenta minutos de metraje (de un total de 100, más o menos). "Black Mass" es su tercera película, y aunque los tráilers no vaticinaban una gran película, se hacía interesante ver qué podía hacer Cooper con la historia real de Whitey Bulger, pues a pesar de sus fallas el tipo tiene notables destellos al momento de la realización. "Black Mass", finalmente, es el enésimo thriller criminal basado en hechos reales rodado con corrección y pulcritud formal pero que no logra interesar realmente al espectador, que bien podría quedarse dormido con la descafeinada y hueca propuesta del director. ¿Una lástima? Ya ni sé... Podría lamentarme por la pérdida de tiempo, pero en vacaciones éso es lo que más sobra, en fin...
  Whitey Bulger es un matón del sur de Boston que comienza a ser un líder criminal en su comunidad, y para seguir escalando posiciones, entre medio de todo hace un trato con el FBI que, a la postre, es como un campo de fuerza que lo protege de todo. Las cosas no saldrán bien, claro está, porque el crimen nunca paga y el FBI no perdona cuando le meten el dedo en el culo.

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  "Black Mass" es un repaso al auge y caída de Whitey Bulger; un repaso gris, plano y superficial, carente de toda emoción y sin el más mínimo punto de vista que aporte fuerza dramática o algún prisma reflexivo. La película es una traducción literal de los hechos reales, pegados uno tras otro sin mayor intención narrativa que seguir la corriente de sucesos; la película no te invita a seguir viéndola, esa energía que te impulsa a engancharte a lo que se venga no existe, por el contrario, uno se siente permanentemente estancado. Para peor, Cooper decide "dirigir" (no puede escribirse de otra forma: su labor demuestra un completo desgano e inercia al momento de rodar, una pasividad indignante) con un tono serio, grave, incluso solemne, que queda bastante mal, primero porque no hay sentido del humor; segundo, porque los pulcros y formales artificios visuales contrastan negativamente con una imagen sin contenido ni núcleo, así que toda la "belleza" queda completamente hueca e inútil (se podrá decir que la realización está muy bien, que es precisa o lo que sea, pero no deja de ser un vil piloto automático); y tercero, porque la nula labor de Cooper, en conjunto con el terrible guión, en vez de insuflarle vida al relato, lo convierten en un estático sufrimiento que apenas avanza en cualquier aspecto que se les ocurra. Por lo demás, ¿cuál es la gracia del tal Whitey Bulger, aparte de ser el enésimo mafioso/matón violento, brutal o lo que sea? Respuesta: que recibió la ayuda y protección del FBI, lo que tampoco reduce tanto la lista de mafiosos (es una práctica común, vamos: asociarse con el enemigo para atrapar un pez más gordo, alianza que funciona al corto plazo pero que al largo se vuelve todo un tiro por la culata). La alianza es un enredo de lo más inverosímil y más encima el tratamiento recibido no escarba en la moral y la ética de la misma, simplemente en... ¿en qué? Francamente, no lo sé: al principio Bulger mata sin ser amigo del FBI, luego hace la alianza y sigue matando, y al final el FBI se enoja y cancela todo: la conclusión es que el conflicto es una mierda. Por lo demás, los personajes están desdibujados hasta el hartazgo (un esbozo rápido, cero personalidad y entidad) y el extenso reparto no significa que la película sea buena o que los actores lo hagan bien (y miren que hay varios actores bastante buenos -uno de ellos Joel Edgerton-, lo que apunta directamente a la pobre dirección de actores empleada por Cooper), de hecho apunta directamente a lo somero y fugaz del relato y sus elementos.
  Pudo haber sido interesante algo que ya se trataba con suma maestría en "Mystic River": el destino de aquellos que viven en determinados barrios, usualmente polarizado en una vida criminal o defendiendo a la ley: amigos de infancia que se separan cuando uno se pone una placa en el pecho y el otro no, y que crecen en el mismo hábitat pero como antagonistas; curiosamente, en ocasiones el haber crecido juntos en el mismo barrio parece ejercer más poder, ser más importante que una promoción en la agencia o en la mafia. Lo digo porque el personaje de Joel Edgerton es un agente del FBI que decide jugar a favor de Bulger, trayendo a colación cosas como la lealtad y el honor, palabras vacías en una película vacía. En cualquier caso, este tema no es algo que le importe a Cooper o los guionistas, que prefieren esta dualidad como una manera de "denunciar" la hipocresía y suciedad institucional. No es de extrañar tal decisión considerando que los personajes son menos que unidimensionales, lo malo es que la dinámica causal de la dualidad institucional carece de forma, por lo que caemos en un mar de anodinia y vacío.
  Oh, y esperen a ver el final, cuando las típicas letras blancas nos señalan el destino de los distintos personajes que aparecieron frente a nuestros ojos, o si quieren, busquen en internet ustedes mismos qué pasó con Bulger y compañía. No se pierden nada si evitan "Black Mass".


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