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Lo mejor que se puede decir de este episodio es que resulta difícil hablar de él sin hacer spoilers y que invita al debate una vez visto. Sobre la mesa varios temas muy interesantes: cómo la tecnología (en este caso la realidad virtual) podría cambiar parte de nuestra concepción del mundo, indaga sobre cómo la rutina con el paso de los años puede afectar a las relaciones personales y presenta el sexo como un juego que poco o nada tiene que ver con los sentimientos y por lo tanto con el amor, reflexionando sobre la sexualidad, la amistad y el matrimonio. El capítulo tiene además una suerte de suspense interno que hace que lo veas con interés de principio a fin y no te lo da todo mascadito, así que tienes que sacar tus propias conclusiones e interpretar lo que te han contado porque narrativamente hace bastante uso de la elipsis y debes completar lo que no te han contado explícitamente. La pega es que en mi opinión el episodio se alarga demasiado.