Black Rock City experiment

¿Qué pasaría si los urbanistas tuvieran la oportunidad de diseñar una ciudad efímera en medio de la nada con la intención de que no tenga ningún tipo de impacto ecológico en el entorno? Así es como se ha creado la Black Rock City, que se monta y desmonta una vez al año en el desierto de Nevada para acoger el festival hippie “Burning Man”.
El festival que nació en 1986 en San Francisco como una combinación de taller de arte y fiesta playera, en 1991, debido a la gran afluencia de gente (actualmente unas 50.000 personas) se traslado a su actual situación. Diversos artistas acuden cada año para exponer sus esculturas y obras al más puro estilo “wild Wild West” con estética surrealista y materiales reciclados. El festival dura 8 días y abunda el nudismo y las drogas, ya que además las autoridades no suelen intervenir.
La ciudad ocupa 13 km2 y está rodeada por una valla en forma de pentágono. La forma radial sigue el modelo de un reloj solar, dónde cada una de las calles marca una hora, en el centro se construye una efigie de madera de 21 metros que sirve de aguja del reloj y que se quemará al final del festival. Tienen aeropuerto y un departamento de tráfico para coordinar su construcción. Al acabar el evento la ciudad desaparece, no quedan calles, ni edificios, ni basura, es como si nadie nunca hubiera estado allí.