Revista Opinión
Cuando un país decrece por la injusta decisión de hacer pagar entre todos los errores de la ruleta financiera en la que unos cuantos se llevaron lo que pudieron, entonces parece que la solución es pisotear cuanto más a los de abajo, a los trabajadores de toda la vida, los mineros, los maestros, los sanitarios, los funcionarios, los estudiantes,... Pisotearlos para exprimir de ellos el poco mosto que queda para el vino de su juerga final. Hoy, un Presidente que ya no es más que el encargado de los banqueros, el chicuco del almacén, sigue con su rueda de tuerca atornillándonos hasta el amanecer. Nos anuncia una subida del IVA, es decir una penalización del consumo y una carga para las clases menos pudientes que pagan el pan y los productos de necesidad igual que si fueran los brokers de la bolsa de Madrid. Nos anuncian, también, un recorte al 100% de la famosa paga de Navidad, la que todos guardábamos siempre para esos días, para los regalos. Ahora tendremos Navidades negras, negras para no poder si quiera pasar unos días algo más holgados que el resto del año, Navidades negras para los pequeños empresarios que con el IVA más alto y con la gente sin paga, a ver a quién les van a comprar los juguetes y los pavos. En fin... mientras la gente se vaya a la calle por el futbol y no por esto, os aseguro que seguirán con las Navidades negras, más negra que el carbón que perdieron los mineros y que hoy nos dignifican por las calles de Madrid.