El domingo 6 de diciembre fueron las elecciones parlamentarias en mi país, Venezuela. Ya lo decía en uno de mis blogmas anteriores que en Venezuela a modo de maldición cada diciembre, o casi cada diciembre, hay elecciones. Bien sean regionales, parlamentarias o presidenciales.
No se muy bien explicar como me siento en este momento. Lo digo porque es la primera vez en 17 años que la oposición no esta simplemente cerca de ganar sino que ¡realmente gana! Es impresionante. De hecho creo que ni siquiera la propia oposición se lo tiene completamente creido, porque cuando la oposición se enfrenta a votaciones contra el gobierno, no va contra un candidato o candidatos, va contra una maquinaria tremenda.
No me considero 100% opositora, pero se que no soy chavista en absoluto. De eso estoy segura. No puedo ser chavista ni revolucionaria porque he tenido que hacer cola para comprarle una bolsa de leche a mi hija y he tenido que esperar que me toque mi numero de cedula para comprar toallas sanitarias, por eso no puedo ser chavista.
En la madrugada del 7 de diciembre supimos los resultados parciales: 99 diputados de oposición contra 46 del chavismo. Algo que si me hubiesen dicho hace 2 años que pasaría me habría hechado a reir, porque era practicamente imposible. Es que es como un sueño que se hizo realidad, así de utopica era la victoria opositora.
Por supuesto las reacciones no se han hecho esperar, esa misma madrugada Maduro se pronunciaba sobre las elecciones y decía “no ha ganado un partido, ha ganado una guerra economica” y ahí se termino de undir. Si ya el PSUV estaba undido, luego de esas declaraciones se terminaba de ir al subsuelo y de confirmar porque la gente SU PROPIA GENTE, esa a las que les dieron tablets, lavadoras, neveras, aires acondicionados, a pesar de todo eso decidio votar en contra. SE CANSARON de tener todas esas cosas y vivir como miserables. Tener que perder un día de trabajo para pasear por varios supermercados a ver que conseguían para comer.
Twitter en estos momentos, mientras escribo este blogmas, es un hervidero. Opiniones van y vienen. Todos hablan de las cosas que puede hacer la oposición ahora que es mayoria en la Asamblea. Aún Maduro sigue siendo presidente, el Tribunal Supremo de Justicia sigue siendo, como dirían ellos mismos, “plenamente chavistas y revolucionarios”, el Consejo Nacional Electoral también sigue siendo chavista, al igual que la Defensoría del Pueblo. Por lo tanto, haber ganado la Asamblea es un gran cambio, una luz en el camino, una esperanza, pero aún falta muchisimo.
Justamente ayer lunes, cuando me levante en la mañana y comencé a leer las noticias llegue al portal de ABC de España, en el cuál pues hablaban de la victoria de la oposición y citaban unas cuantas declaraciones como las de Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo Lopez.
Lo mejor o lo peor, según se mire, del articulo era la sección de comentarios donde la gente daba su opinión sobre el articulo. Esa sección hay que leerla con mucha paz interna para no terminar lanzando la computadora por la ventana. Habían unas cuantas personas que decían “ahora si se les cayo la mentira de que en Venezuela se vive de dictadura” ¿Se nos cayo la mentira? La única mentira que se cayo el 6 de diciembre es que el chavismo es mayoría y que vivimos en “la suprema felicidad” socialista.
La dictadura que se vive en Venezuela es diseña especialmente para nosotros, no es una dictadura tipica. Es una dictadura donde puedes hablar mal de Maduro en el metro y nadie te matará, pero si eres una tuitera que hace criticas contra el gobierno es probable que termines presa. Es una dictadura donde estás limitado a viajar con el dinero que el Estado te permita, no el que quieras, y cada vez es menos. Es una dictadura donde el Gobierno te dice que día de la semana puedes comprar un articulo y cuantos te puedes llevar. Es una dictadura donde te atracan en la calle, vas a denunciar y el policia te dice “bueno es que esas son unas banditas que roban por aquí siempre” porque la banda le paga al policia para que no lo agarre. Es una dictadura donde el sueldo minimo “más alto de latinoamerica” no sirve para comer decentemente un mes y comprarte ropa ni te cuento. Es una dictadura donde un periodista habla mal o ligeramente mal del gobierno EN UN CANAL PRIVADO y al día siguiente esta despedido. Un gobierno que obliga a la gente, en cadena nacional, a verlos a diario si le da la gana.
Y así podría seguir, horas y horas detallando la “dictadura socialista” en la vivimos. Porque es cierto que no es la dictadura común, pero como ustedes ya sabran en la vida todo evoluciona, y esto es la evolución del socialismo castrista y de la dictadura de toda la vida.
Pero la gente ha despertado y si se cayo la mentira.