Revista Comunicación

Bloodline - No somos mala gente

Publicado el 10 abril 2015 por Reino Reino De Series @reinodeseries


Al menos eso prometen los Rayburn, la familia protagonista de la nueva ficción de Netflix, uno de nuestros nuevos canales favoritos (y que esperemos que llegue algún día a España). Después de asombrarnos y de dejarnos enganchados a Orange Is the New Black, House of Cards y justo antes de estrenar Daredevil y meterse en el Universo Marvel, el pasado 20 de marzo estrenaron, de forma simultánea, los trece episodios que componen la primera temporada. Unos días después, los jefazos del canal online confirmaron una segunda entrega de la serie, gracias a la notable acogida de la que ha gozado.

Bloodline - No somos mala gente

Bloodlinees la nueva serie del equipo formado por Daniel Zelman, Glenn Kessler y Todd A. Kessler, los artífices de la aclamada Damages (Daños y perjuicios). Estos tres guionistas nos presentan a los Rayburn, una acomodada familia de los cayos de Florida que se reúne para celebrar el aniversario de Sally y Robert, propietarios de un lujoso complejo hotelero que se ha convertido en el hogar familiar. Todo fluye con naturalidad y sus exitosos hijos, John, Meg y Kevin, acuden a la celebración, pero también aparece Danny, la oveja negra de la familia. Su presencia hace que viejos y dolorosos recuerdos afloren y las rencillas familiares iniciales pronto darán paso a conflictos más oscuros. Encima comienzan a encontrar varios cadáveres flotando entre los manglares de los cayos.Con esta premisa, no parece que Bloodlinevaya a aportar nada refrescante y adictivo al rico panorama actual de la ficción televisiva, de hecho suena a una mezcla entre El rey Lear (que ya se encarga de versionar Empire) y El padrino. No nos engañemos, la nueva apuesta de Netflix no es una serie fácil de ver, sus capítulos de una hora de duración no terminan con cliffhangersque nos dejen con ganas de más. Se hace densa y, en ocasiones, pesada. Entonces, ¿merece la pena verla? Sí, se trata de una serie espesa, al estilo de propuestas de la HBO como Los SopranoThe Wire, además de que es una serie cocinada a fuego lento que se toma su tiempo para presentarnos a los personajes, sus conflictos y la carga del pasado que influirá en las arriesgadas decisiones que tomarán. De vez en cuando también nos ofrece algunos vistazos de cómo será el futuro de los personajes y los giros que dará la trama, si bien no deja de ser una serie no apta para todos los públicos: solo los más pacientes y tenaces lograrán aguantar hasta el contundente final.

Bloodline - No somos mala gente
Como ya es habitual en las producciones de Netflix, el reparto está a un nivel superior. Nos encontramos con un viejo conocido, Kyle Chandler, que, después de dar vida a Eric Taylor en Friday Night Lights y de probar suerte en el cine, vuelve a la televisión (con unos kilitos de más, eso sí). Le acompañan Linda Cardellini (Urgencias), Norbert Leo Burtz y el australiano Ben Mendelsohn, quien se guarda el papel más interesante de la serie. También participan los veteranos Sam Shepard y Sissy Spaceck, además de la actriz que hacía de hermana de Michael J. Fox en el fallido show del año pasado que llevaba su nombre (y que aquí tampoco hace mucho). Otro personaje clave es el paisaje, el de los paradisíacos cayos de Florida, idílicos y llenos de secretos (casi tantos como la Carcosa de True Detective).
Bloodline - No somos mala gente

Puede que Bloodlinesea una serie lenta y en ocasiones parezca aburrida, pero sus responsables la han planeado con cuidado y han construido una ficción densa y profunda, que trata temas universales y puede presumir de una puesta en escena impecable. No todos los espectadores conseguirán disfrutarla, pero los que lo hagan se llevarán una grata sorpresa al descubrir lo que esconde este linaje.

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