Como cada primero de mes, no me pierdo mi cita con el reto Cocina de Película, organizado, como sabes, por Elena, del blog Dulces Helen's, en el que en Gemma, del blog Mare que bueno, que si no conocías es el momento perfecto para visitarla, fue la encargada de escoger la película en la que basaríamos nuestras recetas en este mes.
Tras el reto anterior, inspirado en el film Sin reservas, comenzó la intriga para ver cuál sería el siguiente reto, un período de tiempo que me encanta, porque intento imaginar, sin éxito en la mayoría de las ocasiones, la película con la que nos van a sorprender, en esta ocasión, Gemma. Si me conoces un poco, ya sabes que este reto me encanta, el poder aunar dos de mis pasiones y dejar volar mi imaginación para crear una receta que me inspire el film, no que aparezca, sino que sea algo que me venga a la mente cada vez que recuerde esa película, es algo que me apasiona, aunque, llevarlo a cabo es bastante difícil, no te digo que no, porque a veces, mi mente vuela demasiado, jajajaja.
La elección de Gemma no me podría gustar más porque, desde que la vi por primera vez hace años, ha pasado a ser una de mis películas favoritas, con la que me río en cada visionado y que seguro que a ti te pasa como a mi. Hablo de la peculiar comedia Mi gran boda griega (My fat big greek wedding) la cuál, si no has visto, si quieres pasar un buen rato, no te la pierdas. ;-)
Mi gran boda griega (2002) es una de las películas más conocidas entre los amantes del género de la comedia. Un film americano dirigido por Joel Zwick que dio un aire fresco y desató un sinfín de risas en la cartelera del momento y, aún hoy, que, al menos en mi caso, por muchas veces que la vea, me siguen haciendo gracia muchos momentos de la historia, sobre todo, en el que basé mi aportación para este reto, que es de lo primero que me acuerdo cuando pienso en esta peculiar familia, jeje.
Joel Zwick junto a la protagonista de la historia Nia Vardalos, lograron escribir y transmitir la rutinaria vida de una familia griega que, a pesar de llevar años afincados en América, siguen viviendo como si estuviesen en Grecia, con sus costumbres, manías, con un patriarca que cree que todo en la vida tiene su origen en su país y que vive preocupado porque su hija Toula (Nia Vardalos) no es la típica chica griega y aún no se ha casado, por supuesto, con un compatriota a sus treinta años. Su vida está dedicada pura y exclusivamente a trabajar en el restaurante griego familiar y a su familia, cosa que la hace totalmente infeliz, hasta que decide dar un vuelco a su vida y a dedicarse a lo que realmente le gusta. En todo ese cambio, no podía faltar un hombre, Ian Miller (John Corbett), un americano que es el que le da el impulso definitivo para plantarle cara a su familia y vivir como ella realmente quiere ¿Conseguirá Toula convencer a los suyos de su modo de ver y entender la vida?
Como siempre me pasa en cada reto, nada más saber la película en la que nos teníamos que inspirar este mes, comencé a darle vueltas y, al final me decidí por intentar hacer algo que me recordase al detalle que está a lo largo del film y que tanto me hizo reír la primera vez que vi Mi gran boda griega, el famoso limpia cristales que el patriarca de la familia lo utiliza para curar todo, ya sea un grano, un sarpullido...algo que es bastante peculiar y que o podía dejar la oportunidad de emularlo, aunque sea, a mi manera, jeje.
Como el reto cae justo el día que comienza Julio, un mes de mucho calor, ya en verano...no podía dejar de hacer una bebida refrescante, que se haga rápido y que te ayude a sobrellevar las altas temperaturas, he ahí mi idea de un rica limonada que lo cura todo, como el limpia cristales de los Portokalos, jajajaj. Para ello, escogí la famosa receta de la limonada rosa de uno de mis libros favoritos, La Boutique de la Pastelería, de mi adorada Peggy Porschen, con una pequeña variación de la misma.
Y sin más, explico cómo hacer esta rica limonada azul, no apta para menores, a no ser que sustituyas el Blue Vodka por un refresco azul o por un licor azul sin alcohol. Con esta receta me dió para unas dos jarras como la de la fotografía.
Ingredientes para la Blue Lemonade:
- 100 gr. de Azúcar.
- 500 ml. de Agua.
- 100 ml. de Zumo de Limón.
- 60 ml. de Blue Vodka (o cualquier refresco azul o licor sin Alcohol).
- Una pizca de colorante Azul.
- Limón en rodajas para decorar.
- Hielo.
- Hierbabuena al gusto para decorar.
Preparación:
- Viertes en un cazo el zumo de limón, el agua y el azúcar y llevas a ebullición hasta que se disuelva el azúcar, lo retiras del fuego y dejas que se enfríe completamente.
- Preparas el recipiente donde lo vayas a servir con rodajas de limón, hierbabuena y con hielo al gusto.
- Cuando la limonada esté totalmente fría, le añades los 60 ml. de Blue Vodka y una pizca de colorante azul, ya que, para mi gusto le faltaba intensidad para que recordase al limpia cristales, que era la idea, et...Voilà!! Viertes la mezcla en el recipiente y dejas que enfríe un poco, cuanto más fría, más rica, sin duda y, lista para disfrutarla. ;-)
Espero que te haya gustado mi versión comestible de ese limpia cristales tan recurrente e importante para el patriarca de la familia Portokalos. Si haces la receta, ya sabes que me hace mucha ilusión tus comentarios o que la compartas por cualquiera de las redes sociales con el hashtag: #SucreriesPassions. Te deseo un mes de Julio inolvidable, repleto de alegrías y buena compañía. Si tienes la suerte de estar ya de vacaciones, disfrútalas y exprímelas al máximo, porque te mereces todo lo bueno que te pueda pasar. Nos leemos pronto. Besos. MJ.