Se pensaba que Boca iba a mostrar mejorías luego del receso por las eliminatorias (más allá del amistoso ante Cerro Porteño), y de varios cambios de nombres respecto al encuentro ante Belgrano (ingresaron Leandro Paredes y Guillermo Fernández, y regresó Clemente Rodríguez). Sin embargo, el nivel fue similar al de los últimos partidos, y apenas pudo igualar ante Estudiantes de La Plata.
Sin embargo, con más amor propio que otra cosa, tuvo varias chances de anotar: En el cierre del primer tiempo, un cabezazo de Lucas Viatri que contuvo Justo Villar, y en los últimos minutos del complemento, hubo un par de ocasiones por parte de Lautaro Acosta, quien estuvo muy activo, un centro de Juan Sánchez Miño que desvió Jonathan Schunke impactó en palo, y un disparo del ya citado volante xeneize que pasó apenas al lado del palo.
Más allá de eso, los dirigidos de Julio César Falcioni siguen penando en defensa, a pesar de que un año atrás sucedía todo lo contrario. De hecho, la última línea quedó mal parada en el contraataque que, milagrosamente, no terminó en gol de Guido Carrillo, ya que Clemente Rodríguez llegó justo a tiempo para desactivar la llegada más clara de los dirigidos por Diego Cagna.
Nada cambió en Boca luego de la derrota ante Belgrano. Por eso, los presentes en La Bombonera cantaron casi al unísono que en siete días, en el Superclásico, tenían que ganar “cueste lo que cueste”.