Era la última chance para Independiente de seguir prendido en la lucha por el Clausura. Habían ganado Estudiantes y Argentinos Juniors, por lo tanto la suma de tres puntos era de vital importancia. El equipo de Gallego era local frente al de Pompei y salió a buscar el resultado desde el primer minuto. Le estaba costando concretar aunque mostraba un buen juego colectivo en el circuito ofensivo conformado por Piatti, Gandín, Núñez y Silvera, más algunas subidas de Mancuello. Pero el gol llegó. A los 30 minutos, Lucas Mareque desbordó por derecha, enganchó para su pierna hábil y habilitó a Nacho Piatti para dejar sin chances a Javier García. Con la victoria parcial , los de Avellaneda seguían vivos en el campeonato.
Pero no duró demasiado. Tan solo dos minutos tardó Boca en igualar el cotejo cuando Luciano Monzón remató cruzado al palo izquierdo de Adrián Gabbarini desde afuera del área. Independiente tenía que ir a buscar nuevamente la ventaja pero el desarrollo del juego permitió que se le haga muy cuesta arriba. Ni hablar cuando a los 38, Martín Palermo dio vuelta el resultado con un gol de cabeza estando ¡de espaldas al arco! El arquero del Rojo tuvo una salida en falso y el Titán aprovechó para llegar a su gol 222 en el club Xeneize.
La segunda mitad mostró a un Independiente buscando imperiosamente el empate (que tampoco le servía) y a los de la Ribera esperando para salir de contra. El Rojo buscó como pudo pero no tuvo contundencia a la hora de rematar y además se encontró con un García seguro bajo los tres palos. Se iba muriendo el encuentro cuando Pablo Mouche, que había reemplazado a Nico Gaitán, se perfiló para su zurda y sacó un enorme zapatazo para clavarla en un ángulo. Tanta fue la euforia del 7 que se sacó la camiseta y le hizo gestos al público local, lo que derivó que Saúl Laverni lo expulsara. En tiempo de descuento , Núñez puso suspenso al poner el 2-3 cuando descontó de penal. Pero el marcador ya estaba decretado.
Con esta derrota, Independiente no solo perdió tres puntos sino que también la ilusión que comenzó a alimentar cuando a principios del torneo se presentaba como el máximo candidato para ser campeón. Luchó hasta donde pudo y no le alcanzó. Se acabó el sueño de media Avellaneda.