Boca, un señor candidato

Hasta el día de hoy a las 18:00, Lanús y Boca tenían campañas idénticas. Ambos llegaban con 4 victorias y dos empates, 8 goles a favor y apenas 1 en contra. Esto, sumado a la presencia de grandes jugadores en los dos equipos, convirtieron a este partido en el encuentro más esperado del torneo, a tal punto que los medios se animaron a titularlo como una final anticipada.

Más allá de la exageración generada por el periodismo, el partido era realmente imperdible, atractivo por donde se lo vea. Pero como suele suceder, la expectativa generada en la previa estuvo muy por encima del nivel visto dentro del campo de juego. Todo terminó en un partido falto de emociones, con pocas ocasiones de gol y con buen juego sólo en un lado de la cancha, el lado de Boca.

Los de Falcioni parecen haber dejado atrás todo lo malo que hacían el torneo pasado. Lejos de ceder protagonismo, Boca es un equipo ordenado, formado de atrás hacia adelante, tal como le gusta a su técnico. De principio a fin es un equipo casi sin fallas, al que no le falta absolutamente nada y por momentos da la impresión de que le sobra. Si aún tenía que dar alguna prueba sobre su condición de candidato, hoy la dio y la aprobó con una nota muy elevada, demostrando la enorme jerarquía con la que cuenta el plantel.

Lanús, en cambio, fue todo lo contrario. Se vio superado completamente en todos los sectores de la cancha, y volvió a revivir las dudas y los fantasmas que lo vienen molestando hace tantos años. Los del sur del gran Buenos Aires hacen grandes campañas, pero a la hora de la verdad pierden terreno y no logran afianzarse como verdaderos candidatos.

El rendimiento de ambos equipos puede resumirse en el partido que tuvieron sus referentes. Por un lado, Juan Román Riquelme demostró que sigue en un gran nivel a pesar de no encontrar aún la plenitud física. Tirado a la izquierda y más retrasado que de costumbre, el 10 es amo y señor del ataque boquense. Acelera en el momento preciso, y también aporta esa tan preciada pausa, que poco se ve por el fútbol mundial en estos días. Y, como siempre durante su extensa carrera, potencia a sus compañeros cada vez más. Encontró en Erviti y Clemente Rodríguez a sus compañeros ideales, que gracias a su gran nivel ya dejaron atrás la mala imagen que supieron mostrar en el Clausura y forman junto a Riquelme el trío estelar de este Boca puntero.

Por el otro, Diego Valeri no fue ni por asomo el conductor que Lanús necesita. Perdido y poco participativo, la figura granate fue uno de los grandes responsables del mal rendimiento de su equipo. Sin su aporte, Lanús fue un equipo insulso, sin juego asociado y hasta con poca actitud. Y a diferencia de su rival, sus socios tampoco lograron influir positivamente en el juego.

Ambos seguirán peleando el torneo, pero Boca a partir de hoy podrá presentarse como un señor candidato, por su juego casi perfecto y por la tremenda actitud que se ve en los jugadores. Hoy, por momentos, quedó totalmente en el olvido el Boca de los últimos años, porque hoy el equipo de Falcioni se pareció al de Bianchi. Caso totalmente diferente el de Lanús, que si bien deberá asimilar el golpe de haber dejado pasar una gran oportunidad, más grave aún es que deberá preguntarse por qué no pudo parecerse al Lanús que todos conocemos, ese que llena los ojos cada vez que ingresa a una cancha.