Cuentan las crónicas, que estaba el filósofo Diógenes el cínico (el mismo que luego daría lugar a un síndrome con sus respectivos síntomas) una buena noche cenando lentejas, cuando le vio el filósofo Aristipo, que vivía confortablemente a base de adular al rey, y le dijo: “si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas”. A lo que Diógenes replicó: “Si hubieras tu aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey”. De siempre me ha caído bien Diógenes, vivía en una tinaja y andaba por las calles desnudo con una lámpara y cuando era preguntado qué hacía con la lámpara él respondía que estaba buscando a un hombre honesto y que el día que lo encontrara apagaría la lámpara. Te diré que, hay quien dice que la lámpara nunca se apagó y que a día de hoy sigue encendida. No lo sé, sólo te cuento lo que se dice. Diógenes nació en Sínope que es una región de Turquía, pues de por allí, kilómetro arriba, kilómetro a bajo te traigo esta receta, para que no se nos olvide que comer lentejas no nos convertirá ni en cínicos ni en reyes y seguro que en filósofos tampoco pero al menos, nos dejará buen sabor de boca:
BOCADITOS DE LENTEJAS CORAL
Ingredientes (4 personas):200grs de lentejas coral (las rojas que ya vienen peladas).1 hoja de laurel1 cebolla morada pequeña.Unas hojas de cilantro muy picadas.Jengibre fresco rallado.6 tomates cherry muy picados.60 gr de queso feta desmenuzado.1 lima (el zumo).40 grs de pan rallado.1 huevo.Sal y pimienta.Si te gusta el picante puedes ponerle un poco de chile rojo picadito.Aceite de girasol para freír.
Elaboración:Cocemos las lentejas en el agua con la hoja de laurel. Mientras picamos muy pequeña la cebolla y reservamos.Cuando las lentejas estén cocidas las pasamos por agua fría, las escurrimos muy bien y las molemos un poco (con un tenedor) les añadimos la cebolla picada, el cilantro muy picadito, unos toques de pimienta negra, el jengibre rallado y el zumo de lima, removemos bien y seguimos añadiendo el queso feta desmenuzado el pan rallado y el huevo ligeramente batido. Salamos al gusto. Mezclamos suavemente todo.
Ponemos el aceite a calentar y con ayuda de dos cucharas vamos formando nuestras albóndigas. Cuando estén doradas sacamos y dejamos escurrir sobre papel absorbente, antes de servir acompañadas de una ensalada.