Revista Ciencia

Boletín de Hospitaleros Voluntarios, septiembre 2021

Por Daniel Paniagua Díez

 BOLETÍN INFORMATIVO Nº CVIII

Septiembre de 2021

IN MEMORIAM

Alfred Kaufmann +agosto 2021

Luis Bona nos comunica la noticia que su hijo le hizo llegar: el fallecimiento de Alfred a los 82 años. Dice Bona: “santiaguista de pro y empedernido peregrino; tenía una bondad que no le cabía en el cuerpo”. Con él fue hospitalero en Alcuéscar.

Jean Marie Ferrer +20 agosto 2021

Otros dos hospitaleros nos dan mala nueva del fallecimiento de Jean Marie. Tanto Ana Pestaña como Pepe Ortuño comunican el óbito de este hospitalero francés. La lejanía, creo, impide que sepamos de tantos hospitaleros pero el milagro de la amistad nos permite saber de algunos de ellos.

Gene McCullough +5 septiembre 2021

American Pilgrims on the Camino a través de Dave Donselar nos comunica el repentino fallecimiento de Gene. Hospitalero con su esposa en Zamora, participaba muy activamente en su país en la información de los futuros peregrinos norteamericanos. Dice Dave: “Gene no compartía sus logros, era una persona humilde y amable, un alma bondadosa y gentil. Realmente personificaba a un peregrino y hospitalero y todos lo echaremos mucho de menos”

Para los tres, por sus familias y amigos, pedimos desde este boletín un recuerdo y una oración. En los tres casos, las personas que comunican estas nuevas piden esa oración deseando que Santiago los haya puesto ante el Padre eterno.

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SIN PEDIR NADA A CAMBIO Y PORQUE ME DA LA GANA

Estas dos frases forman parte del imaginario de Hospitaleros; diría que habrían de lucir en el frontispicio de esta Organización si tuviéramos una casa en la que entrar. Fueron escritas y lanzadas al aire de nuestro mundo hace muchos años, se comparten con los nuevos voluntarios en cada cursillo y son el santo y seña de Hospitaleros.

Sin pedir nada a cambio y porque me da la gana. Deberían seguir siendo válidas en el sentido en que fueron creadas pero a veces parece que no es así.

Voy a “poner la venda antes de la herida”: las apreciaciones que siguen no se producen por las actuaciones de todos los hospitaleros -así que quien crea que no tiene que estar concernido, que no lo haga- pero aunque sean muy pocos, ya nos afecta a todos. Escribir así no implica a todos los hospitaleros pero entiendo que es importante que sepamos qué es lo que está ocurriendo. Tampoco significa que quienes mantienen de una u otra forma esta posición/exigencia sean “malos” hospitaleros para los peregrinos.

Cuando Hospitaleros nació -y durante muchos años- todos y cada uno de los gastos que se le generan a cada voluntario eran asumidos por cada uno de nosotros; sabíamos que era así y lo aceptábamos porque nos da la gana. La existencia de albergues en los que se comparte la cena con los peregrinos frente a otros donde sólo se prodiga la acogida de “techo y lecho” empezó a crear un agravio comparativo entre hospitaleros: los que tenían la cena gratis y más tarde el resto de sus comidas (hubo tiempos en que esos hospitaleros sí compraban su comida del mediodía, ahora no tanto) y los hospitaleros destinados en albergues donde nada de esto se posibilitaba porque no se compartía cena ni despensa.

En buena lógica, para evitar esa diferencia, solicitamos a los albergues –no hace tanto tiempo de esto- que se facilitara una provisión para los hospitaleros que se dio en diversas formas: cuenta de compra en la tienda del pueblo, una comida diaria pagada en un restaurante o la entrega de una cantidad de dinero con fines alimenticios para administrarlo a su antojo. Parecía el orden lógico y correcto.

Hasta que empezaron a llegar noticias de ciertos abusos: hace mucho ya una cuenta desorbitada por la cantidad, por tratarse de un solo hospitalero y de los productos que compró. Luego fueron las exigencias de pagos de comidas a pesar de disponer de una cocina en el albergue y compartir la cena con los peregrinos, preguntas sobre quién retribuirá lo gastado incluso antes de llegar al albergue de destino; afirmaciones como que “en otros albergues me pagan el desplazamiento” ¡¿?!, pedir una cantidad mayor de la asignada o “si yo trabajo tanto cada día en el albergue, lo lógico es que me paguen” olvidando el sin pedir nada a cambio. Y por lo que sea, este año todo esto parece haberse hecho más habitual.

¿Tanto ha cambiado el mundo de la hospitalidad voluntaria como para que estos casos estén dejando de ser una anécdota? ¿Qué parte de lo que se explica/transmite lo pasan por alto los hospitaleros? ¿Cuándo lo olvidan? ¿Será que nadie lee el texto de inscripción para ser hospitalero? ¿Dónde quedó el nos lo costeamos todo (el viaje y la manutención) -resaltado en negrita- en la información que damos a quien se interesa en ser hospitalero con nosotros? ¿Cómo es posible que lo primero que preguntan algunos hospitaleros –más de lo esperado- sea dónde está el dinero para mis gastos? Y lo peor a mi juicio: ¿Dónde va a quedar la confianza entre nosotros?

¿Es que estamos a punto de perdernos?

La acogida tradicional en el Camino de Santiago reúne determinadas características y no se reduce a que los albergues sean de donativo sin cuantificar –en el caso de Hospitaleros voluntarios- y la cena “gratis”. Otro componente esencial es la voluntariedad de quien la ejerce; la voluntariedad que para Hospitaleros se reduce a dos frases: Porque me da la gana y Sin pedir nada a cambio.

El Camino está –diré sufriendo- desgastes que quizá no tengan vuelta atrás: más turismo que peregrinación, más publicidad que retrospección, menos camino/vida interior que postureo. Hospitaleros no es el “frasco de las esencias” pero sí somos depositarios de una manera de entender y hacer en el Camino desde hace más de 30 años y somos -porque así lo dicen los peregrinos que cada año son preguntados al terminar su peregrinación- parte fundamental de la experiencia al poner a su alcance modelos de acogida que están en retroceso en la actualidad. El “enemigo” no podemos ser nosotros mismos.

Estas actuaciones crean en ocasiones malestar entre los responsables de los albergues que nunca se negaron a una ayuda que era lógica; es la falta de tacto y la exigencia lo que no es aceptable. Es a través de ellos que, al final, llegan las noticias hasta aquí y me temo que, como en otras cosas, terminamos por conocerlas cuando se está llegando a un límite. Esta reflexión no la hago por ellos o solamente por ellos; la hago porque todos quedamos señalados cuando alguno no hace las cosas como se espera de nosotros.

Trabajamos de una manera bien definida y aceptada por cuantos se unen a Hospitaleros voluntarios; lo que recibamos será algo que nos encontremos dado por añadidura. La primera

de las Conclusiones de Hospitaleros que nos gobiernan dice: “Reafirmamos el carácter gratuito del trabajo de los hospitaleros”. Se puede leer en la carta cuestionario que todos hemos contestado, se lee al inicio de cada cursillo de Hospitaleros, se lee y renueva cada año en los Encuentros de Hospitaleros y se republica en el boletín que abre cada año. Nadie puede decir que no lo sabía. No lo estropeemos.

UNA INICIATIVA PARTICULAR

Diane Drèze-Duray es una hospitalera belga que ha preparado los códigos QR que podéis consultar más abajo.

Llevada por su interés por que los peregrinos tengan información sobre quién era Santiago apóstol, qué es la peregrinación a Santiago, su historia y algunas otras cuestiones, utiliza las tecnologías que están a la mano de cualquier persona con un terminal de teléfono y acceso a internet y presenta este trabajo que se está distribuyendo por los albergues. Me consta que lo ha hecho con muchísima ilusión y que ya lo han “estrenado” en el albergue de Villadangos del Páramo donde ella está ejerciendo de hospitalera en septiembre.

Cualquiera de nosotros puede difundir este trabajo a parroquias, albergues, ayuntamientos…donde estime.

Sin Encuentro anual de Hospitaleros.

Ya lo habíamos comentado en otro boletín pero como este de septiembre hubiera sido el que convocase el Encuentro de Hospitaleros, lo volvemos a recordar: no habrá Encuentro en 2021. La falta de garantías de aforo no nos permite organizar ningún evento.

Hay que seguir esperando.

Buenas noticias

Siempre alegra poder comunicar la reapertura de un albergue; esta vez es el parroquial de Grañón, cerrado desde marzo de 2020 pero que abrirá sus puertas en noviembre para que éstas no cierren en ningún momento del día.

Y otra noticia que nos ha de alegrar es que desde el 15 de agosto estamos atendiendo en el albergue municipal de Villadangos del Páramo, León, tras las obras de remozamiento del edificio que fue la escuela del pueblo. Un lugar más donde acoger como Hospitaleros postula.

Daniel Paniagua Díez

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