Revista Música
Que, aunque suene a broma, Boney M ha sido un grupo fundamental en mi infancia, lo tengo clarísimo.
¡Qué de recuerdos me trae este disco y las canciones que trae y las que se editaron en single!
Recuerdo perfectamente que íbamos al pueblo de mi abuela y, a mi hermano, dos primas y a un servidor, nos llevaban a un pueblo más cercano para ir a tomar algo a un bar.
Allí había ese artilúgio antediluviano, pero no por ello menos carismático, que se llamaba gramola.
Yo pedía monedas para poner los singles Sunny y Daddy Cool y, ya por aquel entonces, las caras b, por supuesto.
Aunque sonaban por la radio, el placer de ser por unos instantes el amo de ese disco que estaba detrás del cristal, poder apretar un botón y ser el responsable de que sonase esas canciones en el bar, siendo un niño te hace sentir alguien importante.
En el año 76, yo con nueve añitos, no tenía para gastar dinero en estas cosas aún. Pero muchas veces la suerte, el azar, o como quieras llamarle, se alió conmigo y, una tía mía, ¡Tenía la cinta del primer LP!
Cada vez que iba a su casa poníamos la cinta una y otra vez, sobre todo los singles, claro está, pero me gustaban todas en mayor o menor medida.
¡Que portada más provocadora para la época! Bueno después te das cuenta que era provocadora para la España de aquella época.
Años después compré el Lp, más por nostalgia que otra cosa, a medio precio, pues mis gustos ya empezaban a ir por otros derroteros.
Y ahora, pasados treinta y cinco años, creo que debo hacerle un homenaje a este disco por lo todo el disfrute que me hizo pasar durante muchas, muchas horas.
A los singles Daddy Cool o Sunny, estaban No Woman, No Cry (que me parecía y parece una preciosa versión) y Baby Do You Wanna Bump, que valoro mucho más que hace años y que me parece Funk Disco de alto voltaje y de lo mejor del grupo.
Un disco de su época, con su Funk, con su Disco, con sus versiones bailables de temas conocidos, con todo lo necesario para mí, que eran canciones que me maravillaron.
Un disco que, vuelvo a repetir, valoro en su conjunto más ahora que cuando lo escuchaba de niño, pero sed un poco benévolos conmigo, que eran nueve añitos.
Mejor que te guste esto a esa edad que Enrique y Ana o Parchís. Vamos, digo yo.
Tuvieron éxito, vendieron millones, eran comerciales........¡Sí,sí,sí!
¡Eran cojonudos!
Y el amigo Boby me dejaba siempre con la boca abierta con sus bailes espasmódicos, un cruce entre Proto Hip-Hop y ataques epílepticos convulsivos.
¡Era mi héroe!