Revista Cultura y Ocio

Bookcamp Kosmopolis: “Escribir bien es tener capacidad persuasiva”

Publicado el 23 marzo 2015 por Benjamín Recacha García @brecacha
CCCB - Bookcamp Kosmopolis

El CCCB, escenario de Kosmopolis, fue invadido por una “plaga” de mariposas.   Foto: Lucía Pastor

Como podéis imaginar, mi experiencia en Bookcamp Kosmopolis ha sido muy positiva. El sábado compartí una interesantísima mesa redonda para hablar sobre las opciones que tiene un autor para publicar sus novelas, en la que defendí el camino de la autopublicación. Fue muy enriquecedor escuchar las intervenciones de un editor “tradicional”, Carlos Pujol, de la Editorial Alrevés; del responsable de una editorial especializada en crowdfunding, Julián Bueno, de Llibres a mida; y del colega escritor Daniel Jerez, que ha trabajado precisamente con Llibres a mida y que también ha catado la “exquisitez” de la autopublicación.

Para ser sincero, la hora y media que compartimos junto a la moderadora y consultora editorial independiente Mariana Eguaras supo a poco, pues se quedaron muchos temas por desarrollar. Y es que hablar en profundidad sobre los dilemas de la publicación y los cambios en el sector editorial daría para varias jornadas.

“Escribir bien es tener capacidad persuasiva”

Me gustó escuchar a Carlos Pujol decir que “el hecho de que lleguen nuevas maneras de editar, lejos de ser un problema o rivalidad, va a ser un estímulo. Lo que está vivo cambia”. Yo no veo a las editoriales como el enemigo, ni mucho menos. Aunque esté decidido a explorar el camino de la autopublicación, me encantaría que un día alguna editorial apostase por mis novelas, eso sí, con unas condiciones razonables.

“La progresiva implantación de una gestión feroz y atroz de la editorial ha hecho que el autor se convierta en un componente más de una cadena de producción”, en el componente que menos gana por la venta de los libros que escribe. “Sin autor no hay libro”, recordó Carlos Pujol, cuyas palabras estuvieron repletas de sentido común, el que probablemente le otorga una larga vida profesional vinculada al mundo editorial. Conoce a la perfección la trastienda y por eso afirma sin dudar que “en las grandes editoriales los libros son como chorizos, algunos riquísimos, pero chorizos al fin y al cabo. Muchos autores que empezaron con nosotros y ahora están en las grandes nos llaman cada semana para comer porque su editor no les hace ni maldito caso”. Tiene muy claro que el funcionamiento del sector no es el adecuado y que el trato que recibe el autor “es injusto. Habría que cambiar muchas cosas”.

En contraposición a lo que ocurre en las grandes editoriales, “en las medianas y pequeñas nuestro cien por cien del tiempo es el autor”, aseguró, ejemplificándolo con los cinco conceptos que, a su juicio, son imprescindibles en un departamento de edición: entrega, respeto, sinceridad —“os sorprendería saber cuántos editores no lee los libros”—, compañía —“muchas veces los editores somos como las urgencias de un hospital, pendientes las 24 horas. Os contaría mil anécdotas, con intentos de suicidio incluidos, de cuando te llama un autor con cualquier motivo, y uno tiene que recibir esas llamadas como si fueran de su propio hermano”—, y la asunción de un riesgo económico —“en la primera tirada nuestra aspiración es no perder dinero”.

CCCB - Bookcamp Kosmopolis

De izquierda a derecha: Carlos Pujol, Julián Bueno, Mariana Eguaras, myself y Daniel Jerez.   Foto: Lucía Pastor

El editor de Alrevés empezó su intervención refiriéndose a la falsa sensación de “poder” que otorga al escritor la aparente facilidad para crear una novela. “Está al alcance de cualquiera, pero es lo más difícil que cualquiera puede hacer. Se necesita simplemente un boli y un papel. Eso da mucha libertad y muy poca servidumbre. La servidumbre viene después, cuando uno cree que ha escrito un gran libro y espera que el mundo entero lo conozca”. Exactamente es lo que pasa cuando uno cuelga su primera novela en Amazon, por ejemplo, y descubre, con desesperación, que nadie la descarga. He escrito muchas veces sobre ello: el autor que inicie el camino de la publicación esperando ganarse la vida con sus libros, mejor que se dedique a otra cosa. Este es un camino de muy largo recorrido que hay que afrontar con paciencia, mucho trabajo y los sentidos alerta para captar todo lo que nos pueda ayudar a aprender. Los que lo petan con su(s) primera(s) novela(s) representan una ínfima parte del total.

Carlos Pujol aseguró que leen todos los manuscritos, con más o menos profundidad, y que sólo uno o dos de cada cien “consideramos que son para nosotros. Nunca decimos esto es malo o esto es bueno”. Interesante. Me gustaría creer que esa forma de entender la literatura (el arte en general) está más extendida entre los agentes del sector, porque toda obra que cumpla unos estándares mínimos en cuanto a estructura, corrección ortotipográfica y de estilo, puede tener su público.

“La edición no se hace con frialdad de catálogo ni con vocación de experto en nada. Se hace para conseguir una obra mucho más redonda, más persuasiva”, señaló. Porque “escribir bien es tener capacidad persuasiva”. Ya tenemos el titular. Inapelable. Me parece una de las mejores definiciones que he leído/escuchado nunca.

A Carlos se le nota la vocación, ese culto tan entrañable al libro, no como producto de consumo, sino como obra de arte. Considera que la obra final debe ser resultado de un engranaje en el que todos los que intervienen en su creación se impliquen por completo. Por eso defiende que, por ejemplo, el editor debe ser capaz de llevar a cabo las tareas que cada vez más editoriales externalizan, como la corrección de estilo. “Al externalizar trabajos el proceso editorial se enfría mucho y pierde valor”.

Durante el turno de intervenciones del público (muy numeroso, por cierto) se abrió un interesante debate sobre la importancia de la edición de la obra antes de ser publicada. Ya en el Salón Liber 2014 se puso de manifiesto la dejadez que demasiadas editoriales están demostrando al recortar en correctores, por ejemplo. Las hay que no es que externalicen el proceso, sino que directamente no corrigen los libros que publican. Si pasa en las grandes firmas, ¿cómo no va a ocurrir entre los autopublicados?

Antes de pasar a la intervención de Julián Bueno, un último titular de Carlos Pujol, que me pareció una sobrada. “Debería estar prohibido publicar antes de los cincuenta”. Provocador, desde luego, pero no hubo tiempo para más debate. Podéis suponer que no lo comparto en absoluto.

CCCB - Bookcamp Kosmopolis

Muy satisfecho por el interés que despertó la mesa redonda.   Foto: Lucía Pastor

El crowdfunding como forma distinta de financiación

El responsable de Llibres a mida explicó el funcionamiento del crowdfunding o micromecenazgo. “No es una forma distinta de publicación, sino de financiación. El sector del libro está atravesado por lo que pasa en el mundo, y una de las cosas que pasa en la industria es la estrategia de crowdfunding, que busca sacar al mercado un nuevo producto en complicidad con sus consumidores”.

El proceso es sencillo: yo presento un proyecto a la editorial, que lo valora, y si considera que tiene potencial, se le da forma y se pone en marcha la maquinaria para lograr la financiación necesaria para hacerlo realidad. Hay un límite de tiempo. Si en el plazo establecido no se consigue el objetivo económico planteado, el proyecto no se lleva a cabo y los mecenas no realizan inversión alguna. Si, en cambio, se alcanza, cada futuro lector recibirá una recompensa, que puede ser el libro y otros artículos relacionados, en función de la aportación realizada.

“Con el crowdfunding el manuscrito tiene más oportunidad en el mercado que si se envía a las editoriales tradicionales para competir con otros muchos autores entusiastas que también lo han enviado”, defendió Julián Bueno. Se trata, pues, de uno más de los sistemas de autopublicación que han aparecido gracias a las nuevas tecnologías, con la ventaja respecto a quien realiza el proceso en solitario (yo, por ejemplo) de contar con el acompañamiento de una editorial, que se encarga de cuestiones básicas como las correcciones y la distribución, y que realiza un seguimiento de los apoyos recibidos. “Creamos un lazo muy cercano con el lector que ha apoyado la campaña”, apuntó Julián.

“El apoyo de una editorial es muy importante”

El escritor Daniel Jerez reforzó los argumentos de su editor. Él ha publicado su última novela, La fórmula Terradas, con Llibres a mida, después de hacerlo por su cuenta con las anteriores. Él lo tiene claro para las próximas: contar con el apoyo de una editorial. “Con la autopublicación no acabé descontento, pero tienes que asumir un riesgo, sobre todo económico, importante”. La inversión previa es indiscutible, si pretendemos que el libro tenga la máxima calidad. “La ventaja es que tienes más libertad y control sobre todo el proceso”, reconoció, aunque al poner en la balanza los aspectos positivos y los negativos, no sólo la inversión económica, sino también las dificultades para distribuir la obra, Daniel considera que “el apoyo de una editorial es muy importante”.

Autopublicar significa no saber qué espera al otro lado. Imprimes 200 ejemplares de tu novela con toda la ilusión del mundo y entonces te encuentras perdido en medio de la jungla. Cuando se los has “colocado” a familiares y amigos, ¿qué haces? ¿Por dónde sigues? Picar a las puertas de las librerías puede ser, además de engorroso, decepcionante. Sí, te lo aceptarán en las de tu pueblo y en alguna otra por ahí. Inversión de tiempo y esfuerzo para hacer el seguimiento. Entiendo que buena parte de los escritores que pretenden hacer carrera prefieran apoyarse en una editorial.

Daniel está muy satisfecho con el crowdfunding, “sobre todo porque sientes que se crea una comunidad de lectores pendientes de tu trabajo”. Yo me lo planteo muy seriamente para el proyecto que comparto con mi hermano Fran, la novela gráfica Memorias de Lázaro Hunter.

Daniel Jerez habló también sobre su experiencia con las plataformas digitales. “Amazon tiene la ventaja de la inmediatez, pero la gran desventaja de la gran cantidad de novelas disponibles. Crees que es fácil que compren la tuya, pero cuesta muchísimo lograr visibilidad”. Nada que añadir.

“Hay una corriente en el sector que denosta la autopublicación”

Y por fin llegó mi turno. No dije nada que quienes seguís ‘la recacha’ no sepáis. Desde mi ilusión con El viaje de Pau por publicar con una editorial seria; por ganar el Planeta (inocente que es uno); mi inconsciente decisión, fruto en parte de la inexperiencia y del desconocimiento del sector, de autoeditarme y autopublicarme; las buenas sensaciones que he ido obteniendo; y mi reafirmación en continuar por el mismo camino con mi segunda novela, Con la vida a cuestas.

“Todo el que ha hecho una cosa que cree que está bien sueña con que otros lo reconozcan, y que habrá alguien que apueste por ello”. Qué raro es citarse a uno mismo. Pero sí. Eso es lo que pensaba cuando inicié esta aventura. No conseguí que una editorial apostara por mí, pero sí lo han hecho muchos lectores (para mí son muchos), y eso es lo que me ha empujado a seguir con la manta liada a la cabeza.

Me voy a citar otra vez. “Tengo la sensación de que hay una corriente en el sector que denosta la autopublicación, que considera que autopublicarse es traicionar a la industria del libro, porque si no pasas por el filtro lo tuyo no vale para nada y estás engañando al lector”. Eso dije. No es despreciable la cantidad de artículos que se pueden encontrar en la red que reafirman esa sensación. He leído y rebatido algunos, aunque en realidad no vale la pena. Quienes continúen anclados en la prehistoria están condenados a desaparecer.

Aunque voy a volver a autoeditarme y autopublicarme, el proceso de Con la vida a cuestas está siendo algo diferente. Creo que doy un salto cualitativo, no necesariamente con el trabajo creativo, sino con el “control de calidad”. No he recurrido a editores profesionales, es cierto, pero sí que tengo la suerte de disponer de la colaboración de un grupo de lectores “cobaya” (el calificativo no tuvo mucho éxito entre los asistentes al Bookcamp) que están haciendo un trabajo de disección de la obra magnífico, que, sin duda, va a mejorar en mucho el resultado final.

Pero ¿por qué he decidido autopublicarme de nuevo, más allá del buen rollo que recibo en las redes sociales? “Porque el autor es el menos valorado en la cadena del libro. Tengo confianza en mi trabajo y considero que no es justo que a través de una editorial sólo reciba el 8 o 10% de las ventas, sin saber, además, si realmente va a implicarse en la promoción”.

CCCB - Bookcamp Kosmopolis

Kosmopolis se ha desarrollado durante cinco días en el CCCB.

Ya acabo. A continuación tenéis la grabación de las cuatro primeras intervenciones, unos 54 minutos que vale la pena escuchar. Yo soy el último en hablar, sobre el minuto 42. Lamento no haber podido incluir el debate que se estableció con el público. Lo grabé con el móvil (la calidad del sonido es bastante buena) y se le agotó el espacio disponible antes de acabar.

Reitero mi agradecimiento a Mariana Eguaras y a la organización de Bookcamp por haber contado conmigo para un evento tan importante, haberme dado la oportunidad de exponer mi experiencia, y de poder conocer a gente tan interesante. Un último mensaje de ánimo para Isaac Pachón, otro autor independiente (además de Badalona, como yo) que “se atrevió” a pedirme consejo para la distribución de su libro de relatos Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café. El título y la ilustración de portada son muy atractivos, así que, como le dije el sábado, paciencia, confianza y mucho trabajo. No queda otra.


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