Revista Ciencia
Cuánta razón tiene el escritor Jordi Sierra i Fabra al decir que cuando en una librería ves a alguien que coge uno de tus libros de entre la multitud de títulos de los estantes y lo hojea, te dan ganas de ir corriendo a abrazarle y darle un beso. Y que, si encima le gusta el libro y lo compra, ¡te lo llevarías a tu casa y le invitarías a cenar!
En las visitas cotidianas a librerías va uno con la vista puesta en si tienen allí sus libros, cómo los tratan, si están muy escondidos o destacados. Y, casi como cuando observa las aves o la fauna silvestre, se queda uno prospectando el trasiego de lectores y su "conducta" hacia esos libros. Mirando con disimulo, medio escondido, -¿echaré algún día mano de los prismáticos?- no sea que vayan a sospechar que eres el autor que está allí espiando por ver el interés que despierta tu trabajo.
Pongo aquí alguna foto de estos días de bookwatching. La anterior es del escaparate de la librería Patagonia, de Valencia, donde destacan en el centro mi última novedad, Tras las huellas de la fauna ibérica. Aquí arriba aparece, ya en el interior, y en la misma librería, Viaje a las rapaces.
Esta foto es de ayer mismo. Encontré mis últimos Cuadernos de Naturaleza Tundra en la mesa de novedades de ciencias y naturaleza de la librería Soriano, frente a la estación de ferrocarril del Norte, también en Valencia.
Esta imagen y las siguientes son algunas de las que me han hecho llegar varios lectores. La de arriba en la mesa de novedades del Fnac de Valencia.
Esta otra, a la puerta de una librería en la principal calle turística de Morella. Y la siguiente en la mesa de novedades de la librería París-Valencia.
Al final, que tus libros estén o no en las librerías y otros puntos de venta depende de la sensibilidad, la formación cultural y el interés del librero, de que tenga cierta inclinación hacia estos temas -si la tiene, seguro que hay una sección de Ciencias y Naturaleza que no se limite a manuales de mascotas y jardinería-. Y, cuando esa sensibilidad no existe, entonces depende de que los lectores los pidan, sin necesidad siquiera de encargarlos: "Pero hombre, cómo no tiene usted aquí las publicaciones del autor tal o de la editorial cual...".