España es un país que nos regala historia en cada rincón y la mejor cocina del mundo. Hace unos días y en esas rutas gastronómicas que hacemos por nuestro país, conocimos Borja. Una ciudad situada a 67 kilómetros de Zaragoza. La ruta comenzó en Cintruénigo, Navarra, donde se encuentra uno de nuestros restaurantes favoritos, Maher, pero ese será otro post. Borja nos sorprendió tanto que quiero dedicarle más de 100 fotografías y un poco de su historia que he sacado de Wikipedia y de todo lo que nos explicó D. Manuel…
Sus orígenes se remontan al siglo V a.C, con una población celtibérica procedente del Valle del Ebro. El paleolítico, la edad de bronce, edad de hierro, la época romana, y todas las poblaciones y civilizaciones que aquí habitaron y dejaron huella, pueden descubrirse en el Museo Arqueológico de la ciudad. Al final del post veremos algunas fotografías.
Tras la conquista romana en el siglo I a.C comienzan los asentamientos en sus laderas. Pero su mayor auge se produjo durante el siglo VIII cuando llegaron los musulmanes y pactaron con un viejo conde visigodo. Entonces la llamaban Burya o fortín en árabe.. En el siglo XII es reconquistada por los cristianos de forma pacífica y los musulmanes pudieron permanecer en ella e incluso conservar sus propiedades. Fue fortaleza militar en los siglos XV y XVI frente a las invasiones castellanas y recibió el título de Ciudad del rey Alfonso V El Magnánimo de Aragón en 1438. Un retrato del Rey puede verse en el Salón de Reyes del Ayuntamiento de Borja junto a otros reyes de Aragón.
Los Reyes Católicos expulsaron a su comunidad judía que era muy importante y de hecho aún se conserva parte de la judería. Pero fue un época próspera en la que se construyeron gran parte de los monumentos y palacios que se conservan en la actualidad.
Sus vinos tienen denominación de origen Campo de Borja, y se conservan las cuevas que utilizaron los franceses que huyeron en el siglo XIX de la filoxera, ahora son bodegas de los habitantes de Borja.
La Colegiata de Santa María es espectacular y el visitante se la encuentra nada más llegar a la ciudad.
En la Colegiata se mezclan diferentes estilos. El mudéjar en su exterior, siendo el interior barroco. Tiene dos bellos campanarios mudéjares. Esta declarada Monumento Artístico Nacional y bien de interés Cultural desde 1982.
Sobre un templo románico post reconquista se realizaron tres obras sucesivas de estilo mudéjar.
A uno de sus lados se encuentra el Museo de La Colegiata, Inaugurado en 2003 para exponer parte del patrimonio artístico de la Antigua Colegiata de Santa María de Borja. La Iglesia ha donado al museo la mayoría de las obras de arte que se exponen, pero hay también obra privada donada a la parroquia. El edificio del Museo es un bello ejemplo de la arquitectura renacentista aragonesa. Fue terminado en 1560
En la planta baja nos encontramos con cuatro grandes columnas anilladas que sostienen vigas de madera. Estas columnas son de gran interés decorativo, con capiteles corintios y e el fuste de una de ellas se encuentra el antiguo escudo de armas de la ciudad.
En la Sala de la Música se exponen testimonios de la importancia que tuvo la música para La Colegiata de Santa María y la labor de músicos y compositores que formaron parte de ella. Pueden contemplarse la Colección de Cantorales y libros de polifonía de distintas épocas así como bajones de los siglos XVIII y XIX, dos de los pocos localizados en toda España.
En las salas IV y V se exponen las 15 tablas que forman parte del retablo mayor de La Colegiata encargado e 1460 y desmontado en 1688. La pieza más importante de la Sala III es una imagen del Cristo Yacente realizada en terracota en 1703 por Gregorio de Mesa y procedente de la ermita del Sepulcro. Muchas otras salas muestran la contribución de los borjanos al culto a lo divino, ornamentos, jocalías y otras piezas. Esculturas, mapas y pinturas así como documentos de gran importancia. Un paseo por la evolución histórica de la Colegiata de Borja.
Continuamos paseando por las calles de Borja, es vivir una alegoría al arte, a la historia..
Subir a lo alto de Borja es un espectáculo para los amantes de la fotografía, pequeños rincones llenos de detalles, los tejados de la ciudad, campanarios, curiosas casas, torreones…
En lo alto de la ciudad encontramos las bodegas rupestres, aquellas que ocuparon los franceses que huyeron de la filoxera y encontraron aquí un lugar idóneo para continuar con su tradición vinícola.
Están excavadas en las rocas de la montaña y en la actualidad son pequeñas bodegas donde los habitantes celebran sus reuniones privadas así como la vendimia.
El Ayuntamiento de Borja es uno de los edificios emblemáticos de la arquitectura aragonesa del siglo XVI. Fue construido en ladrillo en 1534. Y alberga una magnífica colección de retratos de los Reyes de Aragón.
En la Plaza del Ayuntamiento hay bares de tapas y pinchos, que dejan patente la creatividad de sus habitantes. Y sino mirad este pincho barco vela de ibércio
Nos ha entrado hambre y hemos preguntado por un buen restaurante para disfrutar de la gastronomía aragonesa.
La Bóveda del Mercado nos dicen.
En los soportales de la misma plaza del Mercado.
Y regado con vinos Denominación de Origen Campo de Borja, probamos revuelto de espárragos con borraja y gambas, alcachofas fritas con virutas de jamón, la famosa crêp de morcilla, cordero y cochinillo. De postre una degustación de chocolates y dulces de la comarca.
Muy recomendable
Siguiendo el recorrido por esta bella ciudad, hay que visitar La Iglesia de San Miguel. De estilo gótico mudéjar con un ábside románico. En la Actualidad es el Museo Arqueológico de la ciudad. De visita obligada ya que alberga restos de todas las culturas y civilizaciones que ocuparon la zona y ha sido en su mayor parte creado gracias a la labor durante años del Centro de Estudios Borjanos y de su presidente D. Manuel García Rivas. En él podremos ver restos arqueológicos desde el Paleolítico, El Calcolítico, La Edad de Bronce, la Edad de Hierro, Los Celtíberos, Los Romanos, hasta la época medieval cristiana y el islam. Un recorrido único por la historia de la humanidad que dejó huella en esta bella zona de España.
El Archivo de Estudios Borjanos se encuentra en la Casa de Aguilar y está dirigido y presidido por una eminencia aragonesa, D. Manuel García Rivas a quien se deben gran parte de las maravillas que encontramos en el Museo Arqueológico. Tuvimos la inmensa suerte de conocerle de forma totalmente casual paseando por sus calles, y se ofreció amablemente a ser nuestro guía. Así fue como nos explicó, una vez en el Museo, que muchas de las piezas fueron encontradas por él mismo cuando tan solo era un adolescente con inquietudes arqueológicas y gran pasión por su ciudad natal. Fue un lujo conocerle y escuchar las historias de Borja directamente de uno de sus maestros. D. Manuel García Rivas tiene un blog muy interesante si queréis conocer más sobre esta bellísima ciudad.
En la fotografía junto a D. Manuel y mi grupo de amigos, la arquitecto Esperanza Kahle, Emilio Gomaritz, Alejandra Martos restauradora del Museo Thysen y Alvaro Arenzana.
Casa de Aguilar, donde se encuentra el Archivo de Estudios Borjanos y vistas de la ciudad desde su interior .
Otros Detalles y rincones de Borja
Pero muchos son los monumentos, palacios y grandes casas que encontramos por toda la ciudad.
La creatividad de sus habitantes se refleja en sus aceras, en sus muros, en sus jardines..
A unos 5 km de borja y en lo alto de la Muela se encuentra esta ermita, de la pocas circulares que hay en España. Fue construída en piedra en el año 1565. No pudimos verla por dentro por encontrarse cerrada, pero en este post del Centro de Estudios Borjanos está muy bien explicada.
También a las afueras, a 5 kilómetros de Borja, se encuentra el Santuario de la Misericordia, con una iglesia de estilo gótico tardío del siglo XVI. Se trata de una colonia de casas de veraneo que surgió gracias a la fama de las aguas de sus fuentes y las bellas zonas de pinares que lo rodean. A principios del siglo XV había en este lugar una ermita dedicada a Santa Eulalia, muy visitada por los vecinos de Borja y pueblos de la comarca. En 1451 se encontró entre los cimientos del Claustro de la Colegiata una Imagen de la Virgen de la Misericordia. Durante un tiempo fue colocada en la Colegiata pero mas tarde los borjanos quisieron que tuviera su propia Iglesia. Así fue como ampliaron la ermita y es desde entonces el Santuario de La Misericordia. Hasta 1578 solo existía la ermita y la casa del sacerdote pero poco a poco fue ampliándose hasta convertirse en un tranquilo lugar de verano y un conjunto monumental.
Este verano saltó a la fama por la polémica restauración del Ecce Homo de Elías García Martinez.
Esta restauración ha supuesto un triste reclamo para una bella ciudad que acoge a sus visitantes con tanta historia para contar.
Veamos el lado positivo, quizá mucha gente haya descubierto Borja gracias a ello.
Yo os animo a pasear por sus calles, visitar sus museos y descubrir su belleza..
Y desde aquí mi agradecimiento a D. Manuel García Rivas, quien atendió a nuestra llamada, que por cierto fue casual, pero nos abrió las puertas de su ciudad y nos entregó su cariño y sabiduría.