En esta estación que ya se marcha, los bosques son poco visitados; dicen que la brisa no circula y hace mucho calor…. Lo cual es cierto…si elegimos las horas centrales del día.
Por cierto que del pino se ha valorado siempre su rápido crecimiento, capacidad para vivir en lugares agrestes y pobres, su resistencia ante la erosión, su madera, … y poco más (piñones, resina,… de algunas especies). Pero no se ha hablado de sus propiedades medicinales, como hizo Paracelso en el siglo XVI:
“los brotes del pino tienen propiedades tónicas, excitantes, diuréticas, anticatarrales y sudoríficas. Se recomienda contra la hidropesía, retenciones de orina, sífilis, asmas, catarros, reumatismos, escorbuto,.. Se prepara una infusión hirviendo 15 grs en ½ litro de agua. Una tacita cada 3 horas si se busca alivio solamente; 4 vasitos cuando se trata de curar una enfermedad declarada”.
Y en verano, un paseo mañanero (y tempranero) por el pinar nos ayuda a abrir los pulmones y respirar mejor el resto del día.
Lar-ami
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