Revista Ciencia
Si querernos entender al bosque como creación de la Naturaleza, debemos escuchar y observar a sus árboles. Observarlos tomándonos el tiempo necesario para acercarnos a él y, en su compañía, desarrollar una relación de amistad; sentir al árbol en sus diferentes facetas, preocuparnos de él y finalmente aprender cómo cuidarlo, plantarlo, aprovechar los bienes que nos ofrece.
Bienes materiales, físicos y espirituales relacionados con nuestra propia existencia.
Nos interesa presentar por lo menos una imagen de los temas relacionados con el aprovechamiento del bosque, en el sentido productivo más conocido, que lo es especialmente por los productos madereros, los subproductos y derivados.
La gente que trabaja con la madera, conoce sus características y sus cualidades como material sano, seguro y leal, cálido y cómodo. Conoce de su versatilidad en las posibilidades de uso y de su sobresaliente contribución a la calidad de vida.
Los sitios forestales constituyen uno de los temas básicos; cuando se emprende una forestación, o sea una plantación de árboles para crear un bosque, no es recomendable hacerlo en terrenos que pueden ser mejor aprovechados en la producción de cereales y otros cultivos, o en praderas para la ganadería.
Las plantas agrícolas herbáceas poseen raíces superficiales y podrán obtener humedad del suelo y los nutrientes que necesitan en la capa superior del suelo. Los árboles, en cambio, son vegetales de gran desarrollo, que emitirán sus potentes raíces buscando elementos nutritivos en las capas más profundas; de ahí que son capaces de vivir en suelos que para aquellos cultivos agrícolas resultarían sumamente pobres y de bajo rendimiento.
Los terrenos aptos para el "cultivo de bosques" son los que reciben el nombre de sitios forestales. En nuestro país, son considerados sitios forestales típicos los espacios ocupados por serranías, bañados, llanuras arenosas, márgenes de ríos y dunas costeras.
Otros ejemplos de sitios forestales son los suelos erosionados, los aluviones e islas fluviales, las nacientes de ríos y arroyos; y también los terrenos con excesiva pendiente que, aún cuando sean fértiles, no pueden dedicarse a la ganadería ni menos a la agricultura sin riesgos de ser denudados.
Las especies de árboles para cada sitio, es otro tema igualmente importante; las mismas se eligen teniendo en cuenta determinados factores: la finalidad de la plantación, las características del suelo y del subsuelo, las condiciones del clima y los requerimientos del mercado, entre otros.