Revista Cultura y Ocio

Bosta y fertilidad

Publicado el 06 mayo 2016 por María Bertoni
Afiche made in USA.

Afiche made in USA.

Homenaje, crítica, parodia. Con estos condimentos, Ethan y Joel Coen sazonaron a gusto la crónica de una de las tantas jornadas laborales que convirtieron a Eddie Mannix en notable fixer de un importante estudio de Hollywood. ¡Salve César! se titula este plato cinematográfico que, al término de la proyección, deja un pronunciado sabor a tributo. La sensación en el paladar es agradable aún para el publico que rara vez sucumbe al pretendido encanto de la llamada ‘Meca del Cine’.

Josh Brolin encarna al solucionador de problemas que trabaja las 24 horas del día, los 365 días del año según manda el American way of life. Michael Gambon -el Profesor Albus Dumblemore de Harry Potter- le presta su voz al narrador invisible, encargado de subrayar la dedicación laboral del protagonista, su fidelidad a Capital Pictures. La crónica adquiere ribetes de fábula… hollywoodense.

Los hermanos de Minneapolis no sólo ambientan su largometraje más reciente en la Meca de los años ’50; también lo filman con el estilo que la Meca tenía en ese entonces. Por ejemplo, lo cierran a la manera de varias adaptaciones de la Biblia o los Santos Evangelios: con una secuencia que arranca a ras del suelo y termina en un plano detalle del firmamento atravesado por un haz de luz.

Constituye un segundo ejemplo la apuesta al poder de convocatoria de un elenco multiestelar. En este caso lo integran, además de Brolin y Gambon, George Clooney, Ralph Fiennes, Scarlett Johansson, Tilda Swinton, Channing Tatum, Jonah Hill, ¡Christopher Lambert! y la infaltable Frances McDormand.

En el transcurso de la jornada, por lo tanto de ¡Salve César!, Mannix debe resolver una serie de problemas que atrasan o complican el rodaje de distintas películas. Los Coen aprovechan cada set donde interviene el fixer para recrear los (sub)géneros que Hollywood explotó en su época dorada: westerns, musicales con Gene Kelly, comedias de teléfono blanco, películas acuáticas con Esther Williams, de espionaje entre otras tipificaciones.

El mencionado Clooney vuelve a lucir la máscara cómica que portó en ¿Dónde estás, hermano? de los mismos realizadores, esta vez para encarnar a un alter ego de -podría ser- Tony Curtis. A partir de la misteriosa desaparición de este galán contratado para protagonizar la historia de un general romano contemporáneo de Jesucristo, los hermanos cineastas abordan otra arista del Hollywood que homenajean, critican, parodian: el problema de los guionistas con ideas comunistas y, por lo tanto, potenciales agentes del Mal (soviético en aquella época).

En esta instancia ¡Salve César! ofrece una versión satírica de esa porción de pasado estadounidense que John McNamara y Jay Roach recrearon con intención pedagógica en Trumbo. Aquí los Coen apuntan tanto contra los cowboys cazadores de commies como contra los escritores de izquierda embobados con el materialismo dialéctico. Quizás la intención indiscriminada del chiste le caiga mal al espectador que simpatiza con uno de los dos bandos.

“Amábamos eso. Simplemente no nos dimos cuenta de que mirábamos mierda” dijeron los Coen en la entrevista que le concedieron en febrero a Robbie Collin del británico The Telegraph. “Eso” es el cine que Estados Unidos fabricaba y exportaba en serie a mediados del siglo XX. Es necesario haberlo visto para disfrutar de este sentido tributo crítico que recuerda, entre otras cuestiones, la relación virtuosa entre bosta y fertilidad.

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El Eddie Mannix real. Foto extraída de Wikipedia.

El Eddie Mannix real. Foto extraída de Wikipedia.

Apostillas
1. Según cuenta el mismo Collin en The Telegraph, Eddie Mannix existió de verdad. Empleado de la MGM entre los años ’20 y principios de los 60′, disipó escándalos suculentos de la época: affaires lésbiscos de Greta Garbo, visitas a burdeles por parte de Clark Gable y Spencer Tracy, antecedentes pornos de Joan Crawford.

Las malas lenguas lo vinculaban con la mafia y con la policía corrupta. También hicieron circular el rumor de que provocó dos muertes: la de su primera esposa, víctima de un misterioso accidente automovilístico justo cuando estaba por pedir el divorcio, y la del amante de su segunda esposa, el suicidado George Superman Reeves.

“Mannix era una persona problemática -dijo Joel Coen en el transcurso de la entrevista- un poco matón, cosa que no nos interesaba mucho”. El periodista escocés agrega en su artículo que el nombre del fixer de la Metro “era demasiado bueno como para perderlo”, así que los realizadores decidieron conservarlo”.

2. La versión en inglés de Wikipedia recuerda aquí que a Joseph Edgar Allen John Mannix (así era el nombre completo) también lo interpretó Bob Hoskins en Hollywoodland de Allen Coulter.


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