Boston se abona a la sorpresa

(Foto: Kevin C. Cox/Getty Images)

ORLANDO MAGIC 88 - 92 BOSTON CELTICS
A los Celtics les está viniendo de maravilla que se les considere como un equipo veterano (algunos dicen viejo), cansado físicamente y lejos del nivel que exhibió en 2008. Despojarse del cartel de favoritos les quitó presión en la eliminatoria anterior, donde muchos veían a LeBron James haciendo alguno de sus bailecitos ante la afición verde. Sin embargo, Boston es un lobo con piel de cordero que ya lleva más de un zarpazo, y tiene intención de dar alguno más.
Orlando, por su parte, había ganado las dos series anteriores por 4-0 y se presentaba como gran candidato a repetir su presencia en las Finales del año pasado. Los Magic no perdían un partido desde el 2 de abril, y no caían en casa desde hace más de dos meses. Con estos precedentes, muy pocos habrían apostado por una victoria visitante. Pero los Celtics están empeñados en reventar todos los pronósticos. El equipo de Doc Rivers desquició a los locales desde el inicio, unos Magic que sólo anotaron 4 de sus primeros 22 tiros, mientras se enredaban en una maraña de errores y balones perdidos. Dwight Howard volvió a repetir los errores de la serie de primera ronda contra Charlotte, cargándose pronto de faltas personales y teniendo que sentarse en el banquillo (acabó con 13 puntos, 12 rebotes y 5 tapones, pero también 7 pérdidas). El único que daba la cara en los de Florida era Vince Carter, máximo anotador del equipo con 23 tantos.
Mientras tanto, los Celtics parecían moverse cómodamente con el marcador a favor. Los verdes fueron por delante desde el primer minuto, y nunca dejaron de comandar el tanteador. Su ventaja al descanso era de nueve puntos (32-41), gracias al buen papel de un Ray Allen espectacular (25 puntos y 7 rebotes). En el segundo tiempo Orlando empezó a reaccionar, de la mano de un Jameer Nelson (20 puntos y 9 rebotes) que despertó de su letargo. A pesar de ello, los Celtics -con 14 puntos de Paul Pierce en el tercer cuarto, para acabar con 22 y 9 rebotes- seguían poniendo tierra de por medio, y con un triple de Rasheed Wallace (13 puntos) alcanzaron una ventaja de 17 puntos. Boston dejó entonces de anotar, quedándose sin una sola canasta en los últimos cinco minutos y medio. Sólo su veteranía (y cuatro tiros libres decisivos de Allen y Pierce) permitió resistir el último intento desesperado de Orlando por acercarse a la victoria. Pero al final, los Celtics resistieron y ponen el 0-1 en el marcador de una serie que promete ser espectacular y de resultado incierto.