Hace unos días, una suscriptora a la que quiero mucho me envió un regalo muy especial.
Pensarás que fueron unas bragas, pero fue algo casi mejor, fue un email cargado de sabiduría.
Le avisé de que pronto lo usaría. Pensaba combinar sus frases de forma ingeniosa, pero se pierden matices. Estas cosas mejor en crudo:
- Te acostumbras al sometimiento y la libertad te sabe mal.
- Yo he sido mucho tiempo pobre porque la clase media es una utopía.
- Estoy lavándome el cerebro, observando los pasos de las personas que triunfan, pero en equilibrio. No me vale un rico que ha destrozado su salud, ni un rico que tiene relaciones patéticas con los demás, ni alguien con buenos sentimientos pero más pobre que una rata.
- La mayoría prefiere sentir que tiene la razón a obtener resultados.
- No cambias hasta que te ha dolido lo suficiente.
Nada que añadir. Ahora, si…
- La comida enlatada todavía no te sabe mejor que la fresca. Es decir, si la libertad todavía no te da miedo.
- Si entiendes que no ser clase media depende mucho más de lo que puedes que de lo que tienes.
- Si consideras que el dinero solo tiene valor si lo ganas diciendo lo que piensas.
- Si tener la razón es tu última preocupación en la vida, si lo que quieres tener es otra cosa.
- Si te ha dolido suficiente durante suficiente tiempo.
Empresario o vendedor me da igual. O persona que usa su cerebro. Si todo eso se da y quieres que se deje de dar…
En el newsletter explico algo que te permitirá dejarlo atrás:
Las TRES conversaciones mentales.
Todo el mundo tiene una de esas tres cerraduras en su cabeza y te diré cómo detectar cuál tiene tu cliente y cómo abrirla.
Cómo penetrar en su cerebro como si llevaras viviendo en él toda la vida. Y cómo relacionarlo con tu producto.
Me da igual lo que vendas. Si es caro o barato. Producto o servicio. Sofisticado o cutre.
Me da igual.
Apúntate aquí en esta caja:
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