Cuando Branding investiga los procesos comunicativos con el usuario franqueando los espacios que Arte le proporciona y reinventa para realizar su imagen de identidad, está fomentando canales o vías de actuación específicas en las que los productos y servicios ofertados tienen un carácter de retroalimentación que promueve unos resultados de mejora continua.
Esto no sería posible si el efecto de ida y vuelta es unidireccional, sin intercambio de experiencias en las que compartir emociones, inquietudes, observaciones, sugerencias, entre empleados-clientes y la empresa que fidelicen las habilidades del Branding.
El diálogo Arte y Branding promueve espacios creativos de acción movidos por una finalidad común, la de competir generando marca.
La intervención de Arte pone a disposición de Branding todos los elementos creativos que van a mediar en el evento, retiene los códigos del mensaje mostrando todo un abanico de posibilidades al gestar sus estrategias.
Realiza los diseños oportunos eligiendo el tipo de espacio acorde al proyecto creando planteamientos que ensamblen ideas con la persecución de una meta, o un deseo que sea la consecuencia final de la emoción.
Arte plasma su lenguaje visual en un espacio tridimensional donde los elementos creativos satisfacen los deseos movidos por la empatía del grupo, o del usuario con el evento. Aquí, el espacio creativo diseñado, toma conciencia de su autonomía y de la aportación original en la realización al dar sentido a la representación entre espacio y mensaje.