El tipo este, Brangulí, fue un superviviente nato. Pasó de retratar la Barcelona revolucionaria a, tras la guerra, fotografiar al mismísimo Himmler cuando visitó la ciudad condal. A fotografiarlo a distancia de navajazo, cuidado. No sé como se lo montó.
Otro detalle. Increíble la nitidez de sus fotografías y la riqueza de los detalles. Lo que me ha hecho pensar en la democratización de las cámaras fotográficas que ha consistido en lo siguiente: todos tenemos acceso a cámaras baratas y malas. ¿Esto es la democracia? Porque la óptica que usaba Brangulí debía ser algo parecido a viajar en el Orient Express en lugar de hacerlo en la línea 5 del metro de Barcelona, donde todos somos ovejas hediondas.Me callo y dejo el enlace de la exposición, que es lo mejor que puedo hacer: http://www.cccb.org/El museo no ha colgado las mejores imágenes en su web… Qué listos. Los de Telefónica, algunas más:http://www.fundacion.telefonica.com/es/arteytecnologia/exposiciones/branguli.htm

Cada foto pensada, estudiada, meditada. Escoger bien la hora y la luz. Mirar, encuadrar. El ojo. Todo un arte.
