Revista Cultura y Ocio

Brazadas de inclusión

Publicado el 22 junio 2015 por María Bertoni
Cobertura especial de Espectadores.

Cobertura especial de Espectadores.

Además de la expresión que remite al nado en escenarios naturales, “Aguas abiertas” es el nombre de la pileta del Club Atlético Monte Grande cuyos profesores de natación enseñan y entrenan a chicos con capacidades diferentes. También es el título del documental que Marcia Paradiso les dedicó a estos docentes y alumnos ejemplares, y cuyo estreno comercial está previsto para el próximo 23 de julio en el cine Gaumont. El sábado, el largometraje se exhibió gratis en el Centro Cultural Haroldo Conti y en el marco del 16º Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos que termina pasado mañana en la Ciudad de Buenos Aires.

“Me voy; no me detengáis” escribió Rafael Alberti en nombre de ese Paraná que “respira con aliento de azahares”. A la altura del partido bonaerense de Ramallo, el río se convierte en último desafío para Christian, Tobías, Joaquín, Facundo, Nicolás y para sus entrenadores Marcelo y Gastón. Los protagonistas parecen hacer suyas las palabras que el poeta español puso en boca de esa gran masa de agua amarronada, testigo de las conquistas derivadas de un esfuerzo colectivo que también incluye a los padres y a los organizadores de eventos deportivos regionales.

El nuevo documental de Paradiso contó con el apoyo de la Comisión Nacional Asesora para la integración de las Personas con Discapacidad.

El nuevo documental de Paradiso contó con el apoyo de la Comisión Nacional Asesora para la integración de las Personas con Discapacidad (CONADIS).

Nada ni nadie detiene el curso de una iniciativa que lleva años y que Paradiso describe con sensibilidad y notable capacidad de síntesis. La cámara acompaña a los adolescentes dentro y fuera del agua, primero, de la pileta cubierta, luego, de cara al sol en Tristán Suárez, Lago Escondido y la mencionada Ramallo. El montaje a cargo de la realizadora y Federico di Brino articula una historia de superación que prueba las virtudes de la perseverancia y del trabajo en equipo.

La música original de Pablo Brie y Tomás Lebrero contribuye a la idea de comunión con una naturaleza y con un interior -por oposición a la neurótica Capital- indiferentes a la discriminación que los seres humanos solemos hacer a partir de las (discutibles) nociones de normalidad y (dis)capacidad. Todo fluye en el film así como en las distintas etapas que atraviesa este proyecto de natación especial adaptada.

Algunos espectadores observamos cierta relación de continuidad entre Aguas abiertas y el documental anterior de Paradiso, Lunas cautivas. De hecho, el largometraje de 2013 también le da visibilidad a una experiencia de superación colectiva a través del arte (concretamente, un taller de escritura) en lugar del deporte. Diferencias temáticas al margen, ambas películas contribuyen a combatir prejuicios y a señalar la importancia de las iniciativas recreativas con fines inclusivos.

Aguas abiertas es una propuesta saludable para los compatriotas intoxicados con la información que las ediciones online de nuestros diarios y nuestros canales de noticias producen y difunden hasta el hartazgo: con suerte, el trabajo de Marcelo y Gastón con Christian, Tobías, Joaquín, Facundo, Nicolás los reconciliará con nuestro presente. Por supuesto, la película interesará -y entusiasmará- a los espectadores que por razones personales o profesionales siguen de cerca los esfuerzos que nuestro Estado y/o algunos ciudadanos realizan por la integración social de los argentinos con capacidades diferentes.


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