Revista Cine
Breve comentario: El hombre que plantaba árboles (1987)
Publicado el 02 junio 2014 por Danny @danielbermeoEstrenada en 1987, este obra de tan solo 30 minutos consigue presentar de una manera tan sencilla pero a la vez tan poderosa el amor de un hombre por la naturaleza, por medio de preciosas y cautivadoras imágenes que son simplemente un destello de la tan prodigiosa y ya escasa animación artesanal; son pequeñas pinturas en movimiento que se ganan nuestro beneplácito porque nos transportan como si de un acto de magia se tratase a un lugar tan árido y desértico transformado en un oasis prácticamente paradisíaco debido a la paciencia y perseverancia de un hombre que vio una necesidad y puso en marcha una idea para hacer de ese sitio un lugar mejor.
Inspirado es un cuento corto de Jean Giono escrito en 1953, la película empieza mostrando los fundamentos de una amistad forjada en el peor de los momentos, una guerra inesperada arremete contra todos; pero en medio de esa vorágine lucha, Elzéard Bouffier, un humilde pastor de ovejas se encargará de dar vida en medio de la destrucción; se encargará de ejercer el papel de Dios como creador consiguiendo lo que muchos consideraron imposible; el tiempo y la constancia se encarga del resto. De pronto me imagino cuántos Elzéard Bouffier pululan por ahí, ejerciendo un trabajo sin recompensa alguna más que la satisfacción del deber cumplido, por el lugar que los acogió para habitar.
Un relato que compagina una excelsa voz en off con las enriquecedoras imágenes, convirtiéndolo casi en una experiencia hipnótica, que invita a la reflexión, a recobrar la fe en el hombre, a comprobar que pese a todo, la confianza en la humanidad puede aun mantenerse intacta. Emite una lección humanista, no vana, no vacía, sino espiritual. Mucha atención a la amistad, casi ínfima, que se retrata. En medio de la miseria mundial siempre habrá un hálito de esperanza.
Si queréis verla, os dejo el corto en youtube.