Si hacemos un repaso mental nos daremos cuenta de que a lo largo de la historia, todas las situaciones que conformaban desigualdad motivaron grandes cambios sociales. Algunos a mayor escala que otros. ¿Quién no ha estudiado la revolución francesa? ¿O el siglo de las luces? Cuando los hombres no tenían derecho a una vida digna e igual, cuando cuestionaron el orden establecido, y así, saliendo victoriosos redactaron la famosa declaración de derechos del hombre y ciudadano. Todos aclamaron ese texto lleno de igualdad que prometía un futuro brillante y más justo para los hombres.
Pero ese fue el detonante del problema, ya que efectivamente, la declaración solo hablaba del hombre, y no pensaron ni por un momento que dentro de ese “hombre” podría estar englobada a la gran olvidada de la historia: la mujer. Así pues Amelia Valcárcel nos dice que “el feminismo es el hijo no querido de la ilustración”
Y razón no le falta, pues mientras los hombres consiguieron su revolución, nosotras (o las mujeres que lucharon en esa época) acabamos guillotinadas.
Así pues lo que se considera la primera ola del feminismo nació en el seno de la revolución francesa, con una obra titulada “Derechos de la mujer y la ciudadana” -“Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta.”- publicada en 1791 por Olympe De Gouges, guillotinada en 1793.
Así pues, ella subió al cadalso, pero nunca pudo subir a la tribuna. Podríamos decir que este texto dio a luz al feminismo.
Lo cual no quiere decir que antes de esto no existiesen mujeres que reivindicaran sus derechos, ya que eso no es cierto. Sin embargo esas reivindicaciones no toman en cuenta la situación de desigualdad existente entre ambos géneros, en otras palabras, no cuestionaron el orden establecido de subordinación ante el género masculino.
“Si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la Tribuna.”
Movámonos ahora al Londres de 1792, donde otra escritora independiente –algo que rechinaba en esa sociedad- escribía una de las obras fundamentales del feminismo: Vindicación de los derechos de la mujer. En esta obra, argumenta que las diferencias entre hombres y mujeres son fruto de la educación recibida, diferente en el caso de un varón y una mujer. Así pues, estableció que hombres y mujeres son seres racionales y deben ser tratados con igualdad.
Ella es Mary Wollstonecraft, filosofa y escritora inglesa, que sentó las bases del feminismo moderno. Mary murió a la temprana edad de 38 años, por complicaciones en el parto de su hija –Mary Shelly, futura escritora de Frankenstein- dejando abierto el debate del feminismo, y sentando las bases de la filosofía feminista.
Sin embargo esta primera ola fue desastrosa, pues avivo aun más la desigualdad que tanto habían reclamado mujeres como Olympe y Mary.
Continuara...