Revista América Latina

Breviario para comer mejor, contaminar menos y ayudar a los pequeños productores

Por Jose Luis Vivero Pol
Aunque la población mundial ya no crece al ritmo de los años 70, todavía crecemos en 80 millones de personas por año (los nacimientos menos los fallecimientos).
Ojo al dato: cada día nacen unas 220,000 bocas más que alimentar. De ellas, 36,000 nacen en hogares donde se pasa hambre (un sexto de la población mundial pasa hambre de manera oficial). Esos niños y niñas no vendrán con el pan debajo del brazo. Llegarán con el plato vacío a casas repletas de platos vacíos.
¿Tú has comido hoy tres veces, verdad? Me alegro mucho, porque eso es bueno. Y como decían los filósofos griegos: "Lo realmente bueno es aquello que vale para todos, en todo momento, y sigue siendo bueno". Y comer es bueno. Y también es una necesidad. Y un derecho (pero eso ya lo he dicho varias veces). Lamentablemente, hay 36,000 niños y niñas recién llegados a este mundo que no han comido o han comido poco, o han comido mal...
Todos podemos hacer algo. ¡Haz tu parte¡ Preocupate de lo que comes, de dónde viene, de dónde lo compras, y quién lo produce. Favorece la producción de los pequeños productores comprando productos de países en desarrollo, producidos de manera sostenible (como son pobres, no usan químicos y todo lo que producen es, de por sí, orgánico). Come mejor, consume mejor. Un mejor consumidor ayudará a que haya menos pobres.
1.- Compra alimentos locales: ayudarás a tus paisanos de la región donde vives y ahorrarás en transporte y contaminación medioambiental. Y si compras de lejos, que sea de Africa, Asia o América Latina.
2.- Compra menos: porque, aparte de ahorrar en la compra, desperdiciarás menos comida. Comemos en exceso (demasiadas calorías), y con un mal balance de nutrientes. Y solemos desperdiciar hasta un 30% de la comida que compramos (más de un 40% en Estados Unidos).

3.- Compra alimentos orgánicos: porque usan menos agroquímicos, y llevan menos horas de maquinaria a sus espaldas, y así comes más sano y contaminas menos. El cambio climático te lo va a agradecer.

4.- Compra alimentos del comercio justo: porque ayudarás a qué haya menos intermediarios y le darás más dinero de tu compra a los que producen.
5.- Come menos carne: porque la carne es el alimento que necesita más agua para producirse, y es una de las peores maneras de asimilar energía para el cuerpo. La dieta occidental con exceso de carne está siendo copiada por India y China, lo que dispara el consumo de carne, que demanda más granos y más agua por unidad producida. Y eso dispara al alza el precio de los cereales. Y consume mucha agua, en una planeta que tiene cada vez menos.

5.- Rebélate contra los intermediarios alimentarios: los supermercados te dirigen hacia lo que debes comprar, hacia el tipo de tomates que debes comer, hacia las manzanas más verdes pero menos sabrosas. Rebélate y recuerda cómo sabían los tomates cuando eras pequeño/a.
Los eslabones importantes de la cadena alimentaria son los productores de alimentos y los consumidores, no los mercaderes de alimentos.
En tu mano está poder hacer muchas cosas. ¡Haz tu parte¡

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