Esta mañana oía una tertulia en una radio cualquiera. Y digo cualquiera porque con la implantación del pensamiento único, da lo mismo lo que oigas y veas porque la crítica ha salido corriendo de esos programas en blanco y negro donde la opinión es la misma: la única.
El hecho es que hablando del acuerdo de las pensiones han decidido decretar la alegría por su cuenta. Decían que era un acuerdo magnífico para el psoe y para el gobierno porque les ponía en positivo pudiendo alardear (por fin) de llegar a acuerdos sociales. Era magnífico para los sindicatos, pues después de su pantallazo azul del #29S, de esa huelga epic fail que se montaron, cualquiera acuerdo era bueno para poder venderle algo a sus bases. Y era magnífico para los empresarios, ya que nada más llegar su nuevo pope habían conseguido un acuerdo que supera la imagen que había dejado el delincuente anterior. Y además mandaba un mensaje de responsabilidad, alegría y optimismo a Botín, digo a los mercados.
Oigan.. han sido tan eufóricas las intervenciones que yo he estado a punto de salir a la calle a proponer brindar y tres hurras.. hip!!, hip!!..
Pero es que en ese festín de jolgorio falta una pieza. ¿Y los trabajadores?. ¿Y que pensarán de las urgencias electorales del psoe, de las necesidades de supervivencia de los sindicatos, de la necesidad de aparentar moderación de la ceoe y de lo que opine un muchimillonario como Botín los trabajadores que van a ver reducidas sus pensiones?.
Ahí justito he decidido que el champagne de la euforia lo pague otro, porque lo que yo pienso es que lo vendan como lo vendan, o lo camuflen como lo camuflen, este acuerdo es otra derrota más de los trabajadores, a los que nos están imponiendo pagar el robo a banco armado en el que nos ha metido un mercado depredador con la connivencia de un gobierno rendido al de la foto.
Pasito a pasito hasta la derrota final. Y ese día si que habrá brindis. Algunos. Pero no seremos nosotros los que disfrutemos.