El secreto está en usar la parte del pollo adecuada, antes siempre usaba pechugas de pollo para hacer las brochetas y siempre quedaban algo sequeronas. Así que me día cuenta que en el asador usaban las partes traseras deshuesadas, y menuda diferencia.
La jugosidad y la textura del muslo y contramuslo deshuesado no tiene nada que ver con la de la pechuga. Es tan simple como perdir al carnicero que nos deshuese las partes traseras y les quite la piel.
Hará falta una parte trasera por brocheta si quieres hacerlas grandes, o una para dos brochetas si las haces más pequeñas. También puedes usar las verduras que más te gusten o variarlas según la ocasión, como por ejemplo champiñones frescos, calabacín troceado, etc.
- Una parte trasera deshuesada de pollo por brocheta
- Uno o dos tomates
- Una cebolla
- Un pimiento rojo o verde, o ambos
- Una cucharada de aceite de oliva
- Sal y pimienta
2. Como el muslo ha sido abierto para quitarle el hueso, hay que tenerlo en cuenta a la hora de pinchar el palito. Pincha atravesado, que el trozo quede bien sujeto.
Corta el tomate en cuartos, la cebollas en cuartos y el pimiento en pedazos de tamaño parecido a los trozo de carne.
3. Pincha la brocheta alternando un trozo de carne y uno de verdura. Salpimenta la brocheta.
4. Añade una cucharada de aceite de oliva a la sartén, plancha o parrilla que vayas a usar, a temperatura o fuego medio, que quede dorada y hecha por dentro, en su jugo y no pasada. Si usas un por fuego fuerte, puede quedar cruda por dentro.
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