Después del parón de verano, volvemos a retomar la descarga de información sobre salud y alimentación, y en esta ocasión sobre un trastorno que afecta a muchas personas, el bruxismo.
El bruxismo, para los que no lo conozcan, es el acto de rechinar los dientes de manera inconsciente, normalmente por la noche, mientras dormimos. Guarda una estrecha relación con el carácter y la forma de ser de la persona, porque aunque el consumo de sustancias estimulantes pueda incrementar la frecuencia de este trastorno, veremos como en el fondo del asunto se esconde un profundo y arraigado estrés, que provoca el rechinamiento de los dientes durante el sueño.
Según el estudio recogido, os lo dejo aquí, de entre más de 800 investigaciones al respecto, se seleccionaron 7 que presentaban relación entre el consumo de alcohol, tabaco, cafeína y la incidencia de bruxismo. Aunque las pruebas realizadas son limitadas y no del todo claras, se encontraron datos que indicaban que el consumo de alcohol y tabaco aumentaban el doble las posibilidades de sufrir bruxismo nocturno, para el café, apenas había variabilidad, exceptuando si el sujeto tomaba más de 8 tazas al día, donde el cambio se hacía significativo.
Bruxismo y estrés
Resulta lógico pensar que el consumo de este tipo de sustancias agrava la mayoría de los trastornos nerviosos, pero como bien se dice en las pruebas realizadas, no podemos afirmar con certeza que el bruxismo nocturno se vea acentuado por tomar alcohol o fumar. Es muy probable por supuesto, pero la verdadera causa considero que subyace en el estrés.
Es difícil encontrar a personas con niveles nulos de estrés, tanto laboral como emocional, esto lleva a muchos afectad@s a recurrir a sustancias estimulantes para sentirse bien o mantener sus niveles de energía. En realidad son como pequeñas valvulitas de escape, que tienen graves efectos secundarios. Dicho esto, los desequilibrios emocionales del tipo que sean, sobre todo en adolescentes y jóvenes, como la búsqueda de un estatus social, las posesiones, el dinero, el sexo, las discusiones domésticas... desencadenan descargas emocionales que derivan en hábitos insanos como fumar, tomar café de manera descontrolada o beber alcohol, o para hacer honor al artículo, bruxismo.
La cura del bruxismo es espontánea, a partir de los 40 años de edad, la incidencia es casi nula. En caso de padecerlo, es importante comunicárselo al dentista o el médico de cabecera para que nos receten una férula protectora y así evitar el desgaste de los dientes, sin olvidarnos de los dolores de oídos o de cabeza. Es muy aconsejable identificar inmediatamente si el afectad@ sufre algún problema doméstico, conyugal, laboral o incluso un conflicto interno. Las personas introvertidas sobre todo, que les cuesta abrirse en público y sufren en silencio, suelen descargar sus emociones mediante este tipo de patologías, por lo que hay que prestad atención. En ocasiones, la simple idea de querer ser más altos o guapos puede favorecer el bruxismo nocturno.
Algunas técnicas de relajación, como la autosugestión, los masajes o la masturbación (que os dejo aquí un artículo con sus beneficios) antes de dormir, reducen el bruxismo.
Espero que os sirva de ayuda, ¡A seguid san@s, no lo olvidéis!